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EL DESEO DE DIOS EN LOS ESCOTISTAS DEL SIGLO XVI 253 felicidad eterna o impedir el cumplimiento de la voluntad de Dios en sí mismo o en otros, el alma preferiría verse privada de la bienaventuranza eterna antes que obstaculizar en algo la voluntad divina. Sentiría, con todo, la felicidad radical de ajustarse a la voluntad divina, aunque ello supusiera detrimento propio en su condición de creatura58. 10. Esta aceptación incondicional de la libertad absoluta de Dios en sus dones la tiene en cuenta también el gran teólogo de Trento, Andrés de Vega59, en un opúsculo añadido a su obra «De justificatione». Refiriéndose al mérito «de condigno», advierte que la condignidad del mérito no impli­ ca en Dios necesidad u obligación alguna de conceder la bienaventuranza a los justos. Lo que se puede llamar compromiso de Dios en otorgar la felicidad eterna a los justos deja íntegra su libertad para no concederla. Dios podría retirar su gracia al justo o simplemente no admitirlo a la felici­ dad eterna. La razón de todo ello radica en que Dios pudo hacer que la gracia no existiera, o que, existiendo, no constituyera una dignidad merece­ dora de la vida eterna 60. Y todavía insiste más claramente en la posibilidad de que Dios no destinara a la creatura al orden sobrenatural: Dios podía perfectamente no haberse comprometido a dar a nadie la bienaventuran­ z a61. Prevé luego una más amplia disertación sobre este tema en un comen­ tario a las sentencias, que, aunque parece ser que lo escribió, por desgracia no se ha podido encontrar hasta hoy rastro del mismo62. 58. «Valde enim manifestatur divina gloria, dum se fideli animae Deus exhibet ad fruen- dum et tanta puritate afficitur anima circa Deum ut si sibi necessse esset eligere unum de duobus, vel aeterna carere beatitutine vel divinam voluntatem in se vel in aliis impedire, multo libentius eligeret aeterna privari felicítate quam Dei voluntatem in aliquo retardare. Et magnam sibi reputaret beatitudinem dum proprio detrimento divinam in ómnibus implere voluntatem» (Theologicarum institutionum... De Symbolo Apostolorum, cap. 44, fol. 64a). 59. Andrés Vega nace en Segovia (1498) y muere en Salamanca el año 1549, no en 1560, como se escribía comúnmente y aun se encuentra en Dict.Theol.Cath. t. 15, col. 2610. Es amplia la bibliografía sobre este importante teólogo del Concilio de Trento y profesor en Salamanca. Esto nos dispensa de más referencias. Cfr. v. gr. B. OROMI, Andrés Vega O.F.M., theologus Concilii Tridentini, en Arcb.Franc.Hist. 36 (1943) 3-31. Los textos que abajo se citan pertenecen a un escrito que firma en Trento, 1546, impreso en un volumen con pagina­ ción continuada junto con De justificatione libri XV, Aschaffenburgi 1621. El título que sigue al libro quince es: Opusculum de justificatione, sed etiam de gratia, fide operibus et meritis. 60. «Cavendum nobis est ne concedamus quod infertur, nempe Deum non posse non conferre justis beatitudinem. Si enim Deus se adstrinxit ad impertiendam beatitudinem eis, ut integra et solida ei libertas maneat ad non dandum. Potuit enim Deus a quocumque justo gratiam auferre et, ea non ablata, potest eum non beatificare: Quia potest facere ut gratia non fuerit gratia, aut saltem ut non reddiderit habentes acceptos ad vitam aeternam» (De justifica­ tione, Opuse., q. 5, p. 866b). 61. «Valet etiam Deus, et in sua habet potestate facere, ut numquam se adsetrinserit ad dandam alicui beatitudinem, ut in 1 Sententiarun latissime disputabimus» (Ibid.). 62. «Vega selbst weist in seinen Schriften wiederholt auf sein Vorhaben hin, einen grös­ seren Sentenzenkomentar zu verfassen. Dass es nicht bei dem blossen Vorsatz geblieben ist,

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