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EL DESEO DE DIOS EN LOS ESCOTISTAS DEL SIGLO XVI 249 parece entreverse que la felicidad plena no puede venirle al hombre de su naturaleza, sino que sólo como un don de Dios. No dice si podría o no darse otra felicidad que se alcanzaría por los medios naturales. Pero segu­ ramente que sólo la consideraría «beatitudo secundum quid», un reposo relativo, en que subyacería un deseo profundo, inconsciente si se quiere, de la felicidad absoluta. 6. Esta insuficiencia de la naturaleza la insinúa Ludovico de Carvajal 39 en un tratado de teología —casi exclusivamente dedicado a la enumeración de las verdades de fe—, cuando, reconociendo el valor de las virtudes morales naturales, atribuye a la intervención de Dios el habernos descu­ bierto, entre otros misterios, el de nuestra bienaventuranza. Esta revela­ ción, dice, es necesaria para alcanzar la salud40. 7. Jacobo Malafossa 41 se enfrenta con el problema del apetito natural en un largo comentario a la primera cuestión del Prólogo. De modo bas­ tante conciso expresa lo que entiende por causa agente sobrenatural: Es el agente que puede producir inmediata y libremente un efecto sin el concur­ so de ningún otro ser. De manera que no puede llamarse sobrenatural ninguna causa segunda, ni siquiera Dios tal como lo concibe la filosofía42. Inmediatez, libertad y exclusividad en una intervención absolutamente sor­ prendente frente a cualquier previsión o cálculo de la razón. Referente a la cognoscibilidad natural del fin del hombre a través de la inclinación del apetito, Malafosa se encuentra más bien indeciso. Confiesa que siempre fue esto un problema en la exposición de Escoto. Y después de expresar sus dudas sobre si se trata de pruebas demostrativas o sola­ mente de una probabilidad, repite que «siempre ha sido un problema en 39. Ludovico Carvajal (t 1547) estudió en París y fue profesor en Alcalá. Asistió como teólogo al Concilio de Trento. La obra que citamos es De restituía Theologia liber unus , Coloniae 1545. Cfr. D ict.Théol.Cath t. 2, col. 1811-1812; HüRTER, t. 2, col. 388; SBARAGL1A, t. 2, p. 184b-185a. 40. «Gentes quae leges non habent, naturaliter ea quae legis sunt faciunt, et sibi ipsis sunt lex, testimonio illis reddente conscientia ipsorum. Quae quamquam magna sunt et prae- clara, verum si Deus non renudasset nobis personarum Trinitatem, creationem orbis, pecca- tum Adam, incarnationem Verbi, virtutem crucis, futurum judicium, poenas malorum, prae- mium beatorum reliquosque artículos fidei, absque quibus salus non constat, quis ad eos potuisset pertingere?» {De restituía theologia , cap. 9, fol. D. 3). 41. Jacobo Malafossa (t 1564) enseña Teología en Padua y Turín, muriendo a los 82 años de edad. Fue considerado como egregio metafísico. También se le conoce por el nombre de Jacobo Bargio, como efectivamente se firma en su obra Enarratio expositioque in primum librum Sent. Scoti , Patavii 1560. Cfr. SBARAGLIA, t. 2, p. 12a-b; HURTER, t. 3, col. 5. 42. «Illud dicitur agens supernaturale, quod nuflo alio concurrente, potest immediate aliquid producere libere. Et sic habes quod nulla causa secunda potest appellari supernatura- lis causa, nec etiam Deus in via philosophorum potest appellari agens supernaturale in isto sensu» ( Enarratio expositioque , q. prol., fol. 2, lit. B).

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