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SATANAS Y EL PECADO ORIGINAL 227 Tiranía de Satanás - señorío de Cristo Una buena idea en el libro de Sayés, firme y reiterada, es el tratar el tema del pecado original desde la perspectiva de la acción salvadora de Cristo (p. XVI. XVII. 39. 66. 128. 287. 313-337. 338. 383). Aunque, por una parte no hay un examen en profundidad del concepto de Salvación/ Sotena tal como se ofrece en el N. Testamento y, por otra, se olvida Sayés de la dimensión antropológica y, sobre todo, teo-lógica del problema, tal como acabo de exponer. En todo caso, al adoptar la perspectiva cristocéntrica, Sayés se coloca dentro de la mejor tradición al respecto. Pablo hace «mención» de Adán y de su conducta mortífera para la humanidad, en orden a enfatizar la sobre­ abundancia de la salvación de Cristo. También Agustín habló del pecado original en los recién nacidos para poder introducirlos en la zona de in­ fluencia de Cristo: Ne evacuatur Crux Christi!: no es admisible la idea de que el recién llegado a la existencia no tenga necesidad del Redentor, clama Agustín. Y luego, trabucando, a ojos vistas, el concepto de redención aña­ de con énfasis retórico: ¿Y de qué puede redimir Cristo a los niños sino del pecado? ¿Y qué otro pecado puede tener un niño sino el pecado origi­ nal? Similar preocupación por la dignidad del Salvador aparece en los decretos tridentinos (DS 1510-1516). La controversia moderna sobre el pecado original (1950-1993) también prioriza este enfoque cristocéntrico, al lado de otros menos atendidos. Es indudable que este enfoque cristocén­ trico se hace necesario para contextualizar y enmarcar el tema del pecado original dentro de la analogía o contexto de un armónico sistema de creen­ cias. La enseñanza sobre el pecado original no puede presentarse como una magnitud errática y solitaria, sino en simbiosis con otras verdades más nucleares que acrediten su valiosidad y la conveniencia de discutirla. Personalmente, sin marginar otras dimensiones de la cuestión, en numero­ sos escritos he insistido en la implantación rigúrosa y universalmente cristo- céntrica de tema «pecado original», si bien lo vengo haciendo en dirección, sobre principios y con deducciones diametralmente opuestas a las que ahora propone el prof. Sayés siguiendo, imperturbado y acrítico, una que yo llama­ ría no «tradicional» sino secular rutina , cargada de apriorismos y falta de rigor lógico. Porque, desde Agustín hasta nuestros días, los confesantes del pecado original argumentan: No es posible sostener la universalidad y eficacia de la acción salvadora de Cristo, si no se admite que todo hombre nace en peca­ do original. Por mi parte me esforzado en realizar el ejercicio mental cono­ cido por la lógica de ascendencia aristotélico-escolástica: Retorcer la argu­ mentación: Retorqueo argumentum¡ No tendremos idea clara y suficiente

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