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176 ISIDORO DE VILLAPADIERNA Su licencia y doctorado en filosofía le llevaron a especializarse, más que en una filosofía o sistema filosófico especulativo, en la filosofía de las ciencias. Por temperamento tenía un fondo y forma de pensar humanísticos, aliados con el gusto por la literatura y el arte, y con una curiosidad hacia todas las manifestaciones del ingenio humano. Este conjunto de tendencias se refleja desde el principio de su producción literaria en los artículos publicados en «Naturaleza y Gracia»: boletines bibliográficos de filosofía y ciencias, notas sobre algunos filósofos modernos, hasta que comenzó a utilizar el inmenso material recogido para su tesis. En torno a la figura y obra del P. Francisco de Villalpando, que en las últimas décadas del siglo XVIII logró introducir con su «Manual» filosófico la filosofía renovada o moderna en algunas universidades españolas, el P. Germán en más de una docena de artículos ha historiado, con documentos casi siempre inéditos, el panorama cultural, en su vertiente filosófica, de la España de Carlos III, y la reforma que este buen rey intentó imponer a las Universidades de artes, ancladas —algunas de modo inamovible— en un escolasticismo trasnochado e ineficaz. Son preciosas lecciones de historia del incipiente pensamiento español moder­ no, que resumió y perfeccionó en su tesis doctoral, publicada con retraso en 1989 por percances de la Editorial, y con el título ligeramente modifica­ do: Universidad y filosofía moderna en la España ilustrada. Labor reformista de Francisco de Villalpando. Su presentador, el eminente historiador jesuita Miquel Batllori, no duda en calificar este libro «una obra fundamental para la historia de toda la cultura española de la Ilustración en sus momen­ tos de mayor trascendencia y eficacia». Para mayor detalle del contenido del libro, remitimos el lector a la nota-recensión publicada por el P. Lázaro Iriarte en esta misma revista, volumen 60 (1990) pp. 319-325. Con su ingreso en el Instituto Histórico de la Orden en Roma, en 1979, el P. Germán, libre de la servidumbre de la docencia y de otros puestos de responsabilidad, dio un ritmo más acelerado a sus publica­ ciones. Además de continuar con el filón de la Ilustración española, ensanchó el radio de sus investigaciones y aficiones a temas variados de historia capuchina y, sobre todo, a un sector que comenzaba a ser su segunda especialidad cuando le arrebató la muerte: san Francisco en el arte menor. Todos los trabajos publicados, en su diferenciación de temas, tienen un punto esencial de convergencia en el estilo, que es conciso y bruñido, denso de contenido y enriquecido por una adjetivación precisa y expresiva. Su lectura agradable y estimulante está asegurada. Damos a continuación la lista de las publicaciones del P. Germán por orden cronológico de aparición, para hacernos una idea de los temas que

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