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ALAIN GUY Y SALAMANCA 85 vida en el hispanismo filosófico , vertiente casi inédita hasta entonces entre los estudiosos extranjeros de nuestra historia, y desde luego escasamente valorado en el propio solar hispano. Pero lo importante aquí y ahora es comprender que el hispanismo filosófico inicial de A. Guy era ante todo expresión vital e intelectual de un programa de renovación filosófica e historiográgica, que el propio autor fue madurando a lo largo de sus años de formación universitaria. Dicho programa tenía a mi modo de ver en el arranque mismo de su ejercicio un doble objetivo: a) Corregir la visión que, sobre todo desde el siglo XVIII, se venía dan­ do del Renacimiento y de la modernidad europea; una visión simplista, reduccionista, abstracta en exceso y silenciadora por lo general de la apor­ tación hispánica, caracterizada por esa armonía tensa de valores aparente­ mente contrapuestos de que más arriba se ha hecho mención. b) Hacer ver en consecuencia la necesidad que había también en el orden filosófico interno de rehacer el Renacimiento en vista de lo formula­ do y vivido en la Salamanca del siglo XVT. Se trata pues de un programa de renovación histórico-filosófica integral que, aunque el autor ha ido enriqueciéndolo, concretándolo y ampliándolo con el paso de los años, asomándose a otras vertientes de la filosofía hispá­ nica, no ha dejado nunca de alimentar sus raíces más profundas y principa­ les en el venero salmantino renacentista. El dato es significativo, ya que muestra la unidad de sentido y de propósito que recorre de punta a cabo la obra total de su vida, que si bien por fortuna todavía abierta y producti­ va, ya es una obra cumplida con creces, con suma generosidad y constan­ cia. ¿Puede darse una vinculación más leal, estrecha y sentida de Alain Guy con lo que Salamanca —la pequeña ciudad del Tormes— ha represen­ tado en la historia del pensamiento? Conviene decir que por los años de juventud de nuestro autor aspiraba también a «rehacer el Renacimiento» —como expresa formulación de un método renovador e integral de vida y pensamiento, individual y social, personalista y comunitario— otro discípulo de J. Chevalier, E. Mounier, fundador de la revista Esprit y principal representante del movimiento per­ sonalista francés contemporáneo21. Encaminado igualmente hacia el hispa­ nismo por el maestro de Grenoble y por otros maestros de aquella Univer­ sidad, optó por elegir como tema para su Tesis doctoral la figura del mís­ tico franciscano Fray Juan de los Angeles, realizando a este fin un viaje 21. E. MOUNIER, Kévolution personnaliste et communautaire , en Oeuvres , I. París, Seuil 1961 , 184 - 185 .

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