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ALAIN GUY Y SALAMANCA 93 cuenta la tradición daba sus lecciones el autor de Los nombres de Cristo ...; aquel joven discípulo de Jacques Chevalier, entonces ya de 68 años, se dirigió a donde estaba la Universidad reunida, acompañado por el que esto escribe, a recibir el honor que se le había concedido por su actividad en favor del hispanismo filosófico y por los valores intrínsecos de su queha­ cer intelectual. Después de que el Rector le otorgase el Grado y yo como padrino de la ceremonia de investidura,le revistiera con las insignias docto­ rales, pude decirle en nombre de la Universidad: Veni demum in opiatos amplexus, queis et osculo pacis et amoris, aeterno charitatis testimonio, me- cum et Academia matre devinciaris (Ven por fin a los anhelados brazos; con ellos y con el ósculo de paz y de amor, eterno testimonio de afecto, quedes ligado conmigo y con nuestra Alma Mater). Con estas palabras del ceremonial seguido tradicionalmente por la Universidad salmantina desde finales de la Edad Media, vivificadas por la justicia y sinceridad del acto, quedaba sellada y testificada para siempre la vinculación entre Alain Guy y Salamanca. Honroso y deseado final de una vocación esforzada. Vitor\ Antonio H ered ia S oriano Universidad de Salamanca

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