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ETERNO RETORNO DE LO IGUAL EN NIETZSCHE.., 63 En su cuadro naturalista de innovaciones fundamentales, está su retor­ no desde la pedagogía hacia el vacío dejado por la metafísica y la religión. No creo que este fragmento sea significativo. La sublimidad del retorno que Nietzsche alcanza a expresar en otros lugares choca con la simplista de este planteamiento, que más bien parece un primer borrador regresivo y sin matices. «El conocimiento y el devenir se excluyen. Por consiguiente, resulta obligado que el «conocimiento» sea otra cosa: es preciso que una voluntad de hacer conocible preceda: una especie de devenir debe producir la ilusión del ser»23. Señalo este fragmento porque nos permite enlazar la teoría del conoci­ miento nietzscheano con el eterno retorno y con la voluntad de poder. La voluntad de poder aparecerá como principio de una transvaloración según el criterio de la vida. Nietzsche está abierto al río del devenir, a la posibili­ dad vital de construir y destruir, a la movilidad de la voluntad de poder. Esto me sugiere de nuevo la sabiduría trágica como crítica de cualquier otro conocimiento. No hay ciertamente cosas ni sustancias, no existe por así decirlo un «ente». En realidad, todo ese sueño de lo estable, permanente y duradero no es más que la corriente del devenir, aunque esta realidad sea falseada por nuestro conocimiento. La falsificación está en las propias categorías que emplea el intelecto porque los medios con los que conoce son ya falsos. Este conocimiento que es excluidor del devenir, es sólo el conoci­ miento empírico y sobre todo el a priori, como opina Fink24. Su visión filosófica del devenir no quedaría afectada por una crítica en sí del conoci­ miento. Sería, sin embargo, el presupuesto que le hace válida y posible25. En realidad el presupuesto fundamental es la verdad de su intuición. Aquí adquiere toda su significación ese eterno retorno del que antes hablaba, que no «detiene» el devenir, sino que lo afirma como tal. Aquí la contradicción entre ser y devenir ha llegado a su reconciliación. «Yo creo en el espacio absoluto, como fundamento de la fuerza; ésta limita y configura. El tiempo eterno. Pero en mí no hay espacio ni tiempo... si nosotros situamos entre estos cambios algunos retornos regulares, no conseguimos con ello nada sino el hecho de que siempre sucede así»26. 23. Ibid., 291, n. 511. 24. E. FiNK, La filosofia de Nietzsche, Madrid 1982, 194-195. 25. Ibid., 196. 26. F. NIETZSCHE, La voluntad de poderto, 303, n. 538.

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