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FUNDAMENTACION ANTROPOLOGICA DEL OBJETO FILOSOFICO 49 de la filosofía, es decir, la reducción tanto del sujeto como del objeto de la filosofía a su objeto real y sensible. La reducción a la sensibilidad es irreversible, pues ya no tiene contra­ rio, no deja nada como extraño, alineado, sino que asumiendo la sensibili­ dad, asume la totalidad del hombre, el entendimiento y el corazón, la razón y el sentimiento, la necesidad lógica y las necesidades humanas, ha alcanzado la verdad, pues «sólo es verdad la verdad hecha carne y sangre» (IX 335, TE 138)12. Observemos la similitud con el hombre de carne y hueso del que nos habla Unamuno, aquí el hombre es definido por el corazón. Corazón signi­ fica interioridad, padecimiento, finitud, denota el ser humano en su indi­ gencia, hondura, sustancialidad y experiencia, lejos de ser huida de la indi­ gencia humana hacia la trascendencia vacía es hundimiento en ella. La nueva filosofía y la religión coinciden , pues parten del mismo sujeto: el corazón, tienen el mismo objeto: lo sensible , se mueven en el mismo plano: el del amor. El fundamento subjetivo de la religión es el sentimiento de dependencia que se especifica en el temor ante la desgracia, la muerte, la catástrofe, y en gozo de vivir. Según Feuerbach, si el hombre no muriera, si viviera eternamente, si no existiera la muerte, tampoco existiría religión alguna. En la limitación humana es donde tiene su raíz la religión 13. 2. ANTROPLOGÍA CONCRETA EN UNAMUNO Vamos a significar aquí la aportación que Miguel de Unamuno hace al estudio del hombre en cuanto a tal, la razón de su trasfondo agónico y su entramado vivencial. Para él la vida cotidiana significaba el nivel más hon­ do de la existencia humana 14. En el planteamiento que hace de la problemática antropológica lo pri­ mero que salta a la vista es su asistematicidad. Hay que exceptuar alguno de los escritos del autor, en los que hay una cierta elaboración conceptual de la temática antropológica, Del Sentimiento tráfico de la vida , por ejem­ plo, es presentada, en general, de forma directa, intuitiva y existencial, sin que se encuentren nunca análisis conceptuales detenidos. 12. Ibid.y 210. 13. Ibid., 220-251. 14. P. G arag o rri , Introducción a M iguel de Unamuno , Madrid, Alianza 1986, 140.

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