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48 ISABEL LOPEZ RUIZ sino por el corazón, el ánimo, las necesidades humanas, lo que es realmente la esencia y la fuerza impulsiva del hombre y por tanto de la historia. La historia de la religión, como la historia en general, tiende a la uni dad, su dinámica consiste en recuperar las diferencias en la identidad, en recoger el despliegue histórico en la identidad originaria, y así ser retorno a lo inmediato y natural. Por su parte el amor será la capacidad de aceptar lo singular en su dimensión individual y única. El amor, precisamente por su carga subjeti va, muestra la diferencia entre el objeto y el sujeto, pues por su naturaleza no se contenta con el pensamiento del objeto. El amor es pasión y única mente la pasión es el distintivo de la existencia. Sólo lo que es objeto real o posible de la pasión, existe. El amor no sólo atestigua la diferencia, sino que en cuanto sensibilidad o sentimiento reside en el sujeto y afecta al sujeto, y precisamente por esta afectación informa al sujeto de la existencia o no existencia del objeto amado. Según Gabriel Amengual, la idea de la antropología surge en Feuerbach: 1) Como cuestión acerca del sujeto y objeto de la filosofía. 2) Como «reto», sustitución y realización de la teología. Se trata de una determinación de la nueva filosofía, que por su cualifi- cación de sensible, no se contenta con ser una nueva formulación teórica, sino que va cargada con un pathos humanista, se presenta como un progra ma soteriológico, por lo que con razón también por antropología ha de entenderse humanismo9. La nueva filosofía tiene como su principio de conocimiento, como sujeto , no al yo, ni al espíritu absoluto, es decir, abstracto, en una palabra, no a la razón in abstracto, sino a la esencia real y total del hombre. La nueva filosofía, al haber dado objetividad al ser, al haberlo hecho sensible, debe también hacer sensible al sujeto cognoscente10. «Si la antigua filosofía decía: sólo lo racional es lo verdadero y real, la nueva filosofía dice en cambio: sólo lo humano es lo racional: el hombre es la medida de la razón» (IX 333, TE 136) n. Vemos cómo ahora la unidad de pensar y ser se realiza en el hombre, en cuanto éste es el sujeto y el objeto de la filosofía. La determinación de la filosofía como antropología tiene como rasgo esencial la «sensibilización» 9. Ibid., 207. 10. Ibid ., 207. 11. Ibid., 2 08.
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