PS_NyG_1993v040n001p0007_0016

LAS PRIMERAS EXPRESIONES DE LA FE PASCUAL 15 «siendo igual a Dios», asumió «la condición de Siervo» fiel a El en autohu- millación «obediente hasta la muerte» servicial «de cruz» así como su en­ cumbrada exaltación por «Dios», a la luz del vaticínico poema deuteroi- saiano sobre las respectivas del mesiánico Siervo sufriente y glorificado 41: Este preanuncio sobre «el Siervo» de Dios, que sufriría «la humillación» y «por las maldades del pueblo sería llevado a la muerte» o «entregado» a ella, por lo cual heredará a muchos , tras «ser sobremanera exaltado y glori­ ficado», devino realidad en Quien, «siendo igual a Dios», tomó la «condi­ ción de siervo... y se humilló» servicialmente en obedicencia «hasta la muerte... de cruz, por lo cual Dios le superexaltó» 42 a raíz de su resurrec­ ción y glorificación celeste, dándole «el supernombre» divino de «Se­ ñor»43; de modo que, como «ante Dios se doblará toda rodilla y toda lengua confesará» que «sólo en Jahveh hay victoria y fuerza», así «al [divi­ no] nombre de Jesús [= “Kyrios”] toda rodilla se doble... y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor 44 de cuanto existe. De este modo, Quien voluntariamente se hizo hombre y, como Siervo mesiánico, se humilló en obediencia libre hasta la ignominiosa muerte de cruz, fue por Dios anastá- sicamente superexaltado a la dignidad divina y, por su gloriosa exaltación, el antes «Siervo» devino «Señor» único y universal, recibiendo además de (1978) 368-87; C. MARCHESELU, La celebrazione di Gesü Cristo Signore in FU 2, 6-11: ECarm 29 (1978) 3-42; J. H eriban , Rétto «phronein» e «kenosi », Roma 1983, espec., 102-370; Ph. PERKINS, Resurrection, 231 s. Sobre la interpretación patrística, cfr. P. H en ry , a. c.y 56-136; A. F euillet , o. c. [Christologie], 92-101-7; A. VERWILIGHEN, Christologie et spiritualité cbez saint Augustin. L ’bymne aux Philipiens (ThH 72), Paris 1985, 42-53 (= tradición pre-agusti- niana), 61-499 (= S. Agustín). 41. Is 52, 13-53, 12. Este transfondo veterotestamentario subrayan casi todos los Padres de la Iglesia (cfr. P. H en ry , a. c., 47-56; A. FEUILLET, Christologie , 92; A. VERWILGHEN, o. c.f passim) y muchos autores modernos : E. LOHMEYER, o. c., 36-69; L. CERFAUX, o. c.y 284-288; Id., a. c ., 426-32; D. M. STANLEY, o. c.y 98. lOls; L. KRINTEZKI, a. c 193-291-336; P. HENRY, a. c., 45-47; A. F euillet , o. c.} 340-43; J. J erem ías , Abba, 200. 207-9; J. H eriban , o. c.} 145-62 (bibliogr.; lamentablemente silencia el a. ese transfondo en su exégesis al texto pauli­ no: 210-363). 42. Is 53, 8. 12-52, 13 = Fil 2, 6-9a. Estos contactos literarios entre los dos textos precisan varios autores: L. CERFAUX, o. c., 286 (n. 2), 293-95; I d ., a. c.y 427-30; L. KRINTEZKI, a. c., 314-18; P. H en ry , a. c.} 46s; J. JEREMÍAS, o. c.y 208 (n. 446); A. FEUILLET, o. c., 341; Cfr. también J. H eriban , o. c., 148-60. 43. Fil 2, 9. Así con: E. LOHMEYER, o. c., 51. 54; L. CERFAUX, o. c., 359; Id., a. c.} 431; H. BlETENHARD, Onoma : ThWNT V 272; P. H en ry , a. c., 35s; J. G n ilk a , o. c., 125; G. H o w a rd , a. c., 381-86; J. H erib an , o. c., 333 s (otros autores: Ibid. , 333, n. 58); J. A. FlRZM- YER, Kyrios : EWNT II 817; L. H artm an n , Onoma: Ibid., 1273. Menos probabilidad objetiva tiene la interpretación, que identifica ese «supremo Nombre» con el de «Jesús»: J. DüPONT, Nom de Jésus : D BS VI 518-20 (y otros autores citados por J. H erib an , o. c., 332). 44. Is 45, 23 = Fil 2, 10-1 la. La correspondencia entre ambos textos es subrayada por casi todos los mencionados autores: L. CERFAUX, o. c., 295 s ; Id., a. c., 430s; L. KRINTEZKI, a. c.} 320-24; P. H en ry , a. c.} 36s; J. G n ilk a , o. c., 126-31; G. H o w a rd , a. c., 383-86; O. H o fiu s, o. c., 41; J. H erib an , o. c., 338-39. 347-51.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz