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Las primeras expresiones de la fe pascual* (Los confesores del Resucitado) El mencionado anuncio de la resurrección de Jesús por los primeros predicadores cristianos fue luego vivido y proclamado sobre todo en el culto por los fieles \ cristianizándose así en pluriformes confesiones2 e him- n o s} cristológicos de la Comunidad primitiva. Mediante ellos, la Iglesia confesó dentro (= culto) y fuera (= apologética) la pascual victoria de Cristo sobre la muerte y su anastásica exaltación como único Señor, funda mento ambas de la fe, vida y esperanza cristiana. ¿Qué contenido anasta- siológico envuelven aquellas confesiones e himnos de la Iglesia primitiva? 1. ¡D ios lo resucitó de entre los muertos! a) Así reza una prístina confesión pascual cristiana, evocada por san Pablo: «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; pues con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvado»4. * Cfr.: J. SCHMITT, Jésus réssusdté dans la prédication apostolique , Paris 1949, 37-105. 226; L. CERFAUX, Le Christ dans la théologie de Saint Paul (LD 6), Paris 1954, 21-27. 57-71. 297-301; D. M. STANLEY, Christ’s résurrection in pauline soteriology (AB 13), Roma 1962 (passim)\ K. H. RENGSTORF, Die Auferstehung Jesu, W itten 21965, 19-30. 50-73. 80-95; M. CARREZ, L’ermenéutique paulinienne de la Résurrection : «L a résurrection de Jésu s et l’exégèse m oderne» (LD 50), Paris 1969, 55-73; X. LÉON-DUFOUR, Résurrection de Jésus et message pascal , Paris 1971, 23-97 (trad. españ., 35-109); K. WENGST, Christologische Formeln und Lieder des ürchristentums (StNT 7), Gütersloh 1972, 27-54. 92-111. 144-94; B. RlGAUX, O. c ., 106-69; S. VIDAL, La resurrección de Jesús en las cartas de san Pablo , Salam anca 1982, 85-240; Ph. PERKINS, Résurrection: New Testament witness and contemporary reflectiont Gar- den City (N.Y.) 1984, 217-28. 236-46; S. SABUGAL, Credo. La fe la Iglesia , Zamora 1986, 593-601 (más bibliografía en las páginas siguientes). 1. Cfr. Act 2, 42-47; 4, 23-31; 20, 7; 1 Cor 11, 23-27; Le 24, 25-31; Ef. 5, 20 (= Col 3, 16). A este respecto. Cfr. X. LÉON-DUFOUR, Les Évangiles et l’histoire de Jésus , Paris 1963, 266-69 (trad. españ., 235-38). 2. Cfr. 1 Cor 15, 3-5; Rm 1, 4; 4, 24; 10, 9; 1 Tes 1, 10. 3. Cfr. Ef 1, 20-22; Fil 2, 6-11; Col 1, 15-20; 1 Tim 3, 16; 1 Pe 3, 18-22; Hebr 1, 3-4. En el culto alaban «al Señor» Jesús los fieles con «salmos, himnos y cánticos inspirados»: Ef 5, 19; Cfr. Col 3, 16. 4. Rm 8, 9-10: Cfr. J. SCHMITT, O. c., 63-70; M. D. STANLEY, O. c., 195-97; S. VlDAL, O. c.} 85-92 (bibliogr.).
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