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302 SOLEDAD ANAYA MARTINEZ Nos parece, efectivamente, ver a Mussolini pidiendo silencio a las mul­ titudes, dirigiéndoles, después, enardecidas palabras; las mismas palabras que ha pronunciado, tantas veces, en sus discursos. El párrafo es un calco de las entusiásticas frases mussolinianas referidas al pueblo y a la fidelidad con que sigue al «Condottiero»: una fidelidad («consenso») expresada con abundante adjetivación: «pieno», «entusiastico», «consapevole». La novela Primo tempo de Indro Montanelli, en lo que se refiere a la lengua, ofrece pocas novedades. Es una de tantas novelas típicas de la época, llena de hipérboles y de pronombres referidos a Mussolini, escritos con mayúscula. Imágenes como: «nuovo mondo», «nuova atmosfera»134 ponen de relieve que el Duce es, para Italia, el artífice de un nuevo modo de vivir; el mejor de los modos. Aparece, también, la imagen de la llama, tan frecuente en los discursos de Mussolini; en Primo tempo , la llama del amor patriótico, del valor, de la fuerza, del carisma, es capaz de provocar un incendio en las cenizas de una Italia en ruinas135. El estilo y la lengua de la novela de Romolo Moizo, Questi ragazzi están al servicio de la tesis que propone: Duce y Fascismo salvadores de Italia. Esta novela no posee las características de la obra literaria y parece, más bien, un panfleto de entusiástica propaganda política. El lenguaje empleado por Moizo en Questi ragazzi es un lenguaje radio­ fónico como corresponde a la transmisión de noticias sobre el fascismo y su Jefe. Observemos la referencia a la «marcia su Roma» hecha en una forma muy semejante a la de los partes oficiales de las maniobras militares: «Finalmente giunge da Roma una lettera di Cesare dicendo che si sono impa­ droniti della città senza sparare una sola fuciliata\ che sono accampati su una piazza» 136. En lo que se refiere a neologismos empleados en la novela, señalamos que son los mismos hallados en las obras de los demás autores de esta parcela literaria: cinematógrafo y automóvil137. Un ejemplo de prosa retórica lo constituye la novela de Guido Milanese L'ancora divelta en la que encontramos párrafos larguísimos sin un solo punto: «L e campane di una cittadina lontana, Ronciglione, spingevano fin là le loro ondate di suono a confortar l’agonia del giorno; il canto ruvido dei contadini si spandeva in tonalità vibranti a celebrare il tripudio della vendemmia; l’abbaiar 134. I. M ontanelli , Primo tempo , M ilano 1936, 93. 135. Cfr. Ibid., 109. 136. R. Moizo, Questi ragazzi , Milano 1937, 51. 137. Ibid., 74.

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