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LA NOVELA ITALIANA COMO INSTRUMENTO PROPAGANDISTICO... 299 animales (seres inferiroes) con los fascistas (seres superiores aun dentro de la categoría hombres): «Non crediate che il Fascismo sia vicino al tramonto... Ho fatto in questi mesi una vasta esperienza umana. Vi sono degli animali sensibili , che hanno sempre le antenne fuori. Quelli, meglio perderli che trovarli. Poi vi sono coloro che, avendo cualche conto da rendere alla giustizia, passano all’opposizione, creden­ do di costituirsi un alibi. Vi sono poi coloro che, dopo avermi bruciato incensi, che avrebbero stordito un grosso bue , passano di là, perché credono vi siano più rapide fortune da raccogliere...»122. En esta cita, destacamos el símbolo de los animales , como punto de partida que se desarrolla con la forma de parábola evangélica, esquema que, quizás, aflore involuntariamente: «Non crediate che», «Vi sono de­ gli...», «Poi vi sono...», «Vi sono poi...». Y por ùltimo: «Non credete ai piccoli gufi più o meno impagliati, alle scimie più o meno urlati­ ci , a tutta la bassa zoologia che crede di fare della politica»123. Queda claro el simbolismo de esa «bassa zoologia» referida a todos aquellos que no comulgan con las ideas fascistas y que forman parte de la oposición. Podríamos continuar ejemplificando sobre la lengua empleada por Be­ nito Mussolini porque las posibilidades de análisis son muchas. No es éste el lugar para ello por lo que nos limitamos a lo ya expuesto. Pasamos, pues, a ocuparnos de los autores mencionados en el presente capítulo en cuya prosa realizaremos algunas calas con el fin de comprobar la semejan­ zas lingüísticas entre ellos. Entre estos autores, el que tiene mayores rasgos personales y, por consiguiente, menor parecido con todos los demás en lo que se refiere a la lengua es Marcello Gallian. Del análisis de su obra resulta que su prosa presenta una estructura a modo de fuertes pinceladas que le permiten reproducir impetuosamente la realidad, «su realidad». Aunque ésta es imaginada, el lenguaje empleado es auténtico e instintivo, no barroco ni artificioso. Entresacamos algunos párrafos de su novela In fondo al quartiere —a la que hemos aludido en otro lugar de este trabajo— por encontrarla muy significativa en el aspecto lingüístico. Observamos en ella una abundante adjetivación, por ejemplo, en la descripción de los 122. Ibid., IV, 424. Los subrayados son nuestros. 123. B. MUSSOLINI, Scitli e discorsi, en C. PELLIZZI, o . c., III, p. 10.

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