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LA RELACION HOMBRE-NATRURALEZA EN LA «SUMMA HALENSIS» 233 al pensamiento cristiano. Y, precisamente, la cosmovisión franciscana, que abogaba por el amor fraternal a la naturaleza venía a enfrentársele en su misma raíz. Hay que saber escuchar los ecos de esta herejía bajomedieval en muchas de las afirmaciones de las Sumas de los siglos XII y XIII. Tam bién, lógicamente, en la Hálense. Cinco años después de la muerte de san Antonio de Padua, el maestro parisino Alejandro de Hales ingresó en la orden franciscana (1236). Desde esta fecha, hasta su muerte en 1245, ocupó la cátedra universitaria de Teología y se convirtió en el maestro principal de la Orden. Además de por su propia personalidad intelectual, su figura es especialmente represen tativa porque aglutinó a su alrededor una serie de discípulos9, entre los que se encontraba el propio san Buenaventura de Bagnoregio10. En torno a Alejandro se constituyó la primera escuela franciscana propiamente tal. En tercer lugar, un poco más tarde que a París, los franciscanos llegaron a la Universidad de Oxford (1224). Como en París, también en Oxford puede hablarse de una verdadera escuela. Los franciscanos se agruparon en torno al maestro secular Roberto Grosseteste n. El futuro obispo de Lincoln puede considerarse el fundador de la escuela franciscana de Oxford. Así, la teología de la primera generación franciscana, se desarrolló, en sentido amplio, en los 35 años comprendidos entre la entrada en la Orden de Antonio de Padua en 1220 hasta el año 1255. En esta última fecha la Para ellos, sin una absoluta renuncia al mundo no cabía moralidad, ya que todas las acciones afectadas bajo el yugo del mundo están envenenadas en su raíz (cfr. L. CENCILLO, La espiritua lidad cátara , en B. JIMÉNEZ DUQUE, Historia de la Espiritualidad , Barcelona 1969, vol. 3, 529-533). 9. Juan de Rupella (t 1245), colaborador de Alejandro en la «Summa Halensis». Suce dió al maestro en la cátedra de París. Escribió: Tractatus de multiplici divisione potentiarum animae y varias Summae de las que la más importante es la que trata sobre el alma: Summa de anima. Guillermo de Melitona (t 1260), a petición del Papa Alejandro IV, continuó el trabajo de la Summa Halensis, que quedó inconclusa a la muerte de Alejandro y de Juan de Rupella. Guillermo escribió obras exegéticas como el Comentario al Apocalipsis , un Opuscu- lum super Missam y unas importantes Quaestiones de sacramentis. Por último, Odón de Rigal- di (t 1275), discípulo del Hálense y profesor también en París. De él nos han quedado un Comentario a las sentencias y algunas Quaestiones de teología. 10. Sobre la vida y el pensamiento de san Buenaventura, así como de sus relaciones con Alejandro de Hales cfr. Etienne GlLSON, La Filosofía de san Buenaventura , Buenos Aires 1948; G. BONAFEDE, II pensiero francescano nel secolo XIII, Palermo 1952; Jacques G. B oü GE- ROL, St. Bonaventure et la sagesse chrétienne, Paris 1963; Id., Introducción a san Buenaventura, Madrid 1984; José Antonio M erino , Humanismo franciscano, Madrid 1982; Id., Dios como estatuto ontológico del mundo en el pensamiento bonaventuriano, en Miscellanea Francesana 65 (1975) 627-636. 11. Algunos de sus discípulos son: Bartolomé Anglico (t 1240), Adán de Marsh (t 1259), Ricardo Rufo (t 1260) y Tomás de York (t 1260). Cfr. James M c E voy , The Philosophy o f Robert G rosseteste , Oxford 1982; Id., The Cbronology o f Robert G rosseteste1's writings on Nature and Natural Philosophy, en Speculum 58, 614-655.
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