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232 MIGUEL LLUCH-BAIXAULI 1. D elimitación de la primera teología franciscana Cuando los Frailes Menores llegaron a la Universidad, la filosofía y la teología estaban totalmente penetradas por la tradición platónico-agustinia- na, y los franciscanos se incorporaron a esta línea5. La primera intelectua­ lidad franciscana estuvo representada, en primer lugar, por san Antonio de Padua. Un pensador aislado e independiente, gran apologista más que teólogo especulativo6. Después de él, dos focos, ya propiamente especula­ tivos y sistemáticos: la escuela de París, encabezada por el maestro Alejan­ dro de Hales; y la escuela de Oxford, dirigida y formada por el maestro secular Roberto Grosseteste. Las tres corrientes representan, de un modo amplio, la primera generación del pensamiento franciscano. En primer lugar, san Antonio de Padua7. Como consecuencia de su personal experiencia vital, sus doctrinas sobre el hombre y la naturaleza se desarrollaron en el contexto de la polémica abierta con el gnosticismo medieval8. Estas doctrinas neomaniqueas eran, evidentemente, contrarias hacia los teólogos y, como ha dicho Josep Ignasi Saranyana la ciencia se introdujo en la Orden por la fuerza misma de las cosas, sin que su progresivo desarrollo violentara o contra­ dijera la primitiva regla (cfr. El pensamiento teológico franciscano: San Buenaventura, Duns Scoto, Guillermo de Ockham , en Scripta Theologica 14 (1982) 850. Vid. también Jacques G. BOUGEROL, Le origini e la finalità dello studio nell Ordine francescano , en Antonianum 53 (1978) 405-422. 5. Según Maurice De Wulf, Alejandro de Hales reservó un lugar preponderante a nume­ rosas teorías platónicas y agustinianas que provenían de la Escolástica del siglo XII. Su actitud fue típica en la evolución de las ideas: fue un significativo representante del llamado movi­ miento agustiniano (cfr. Histoire de la Philosophie médiévale , Louvain 1947, t. 2, 106). El trabajo teológico de los primeros franciscanos se caracterizó por la estructuración del agusti- nismo en un cuerpo doctrinal, integrándolo en el franciscanismo. Según Alcántara Martínez esto se debió a tres razones principales: 1. La gran afinidad existe entre la espiritualidad de san Francisco y la de san Agustín. 2. El hecho de que los fundadores de la escuela franciscana fuesen todos decididamente agustinianos: San Antonio de Padua (ex-agustino), Alejandro de Hales y Roberto Grosseteste. 3. La desconfianza ante un sistema pagano (el aristotélico) que, en algunos aspectos, contradecía al cristianismo. 6. C fr. D. SCARAMUZZU, La figura intellettuale di San Antonio di Padova , Roma 1934; G. C a n t in i , La tecnica e l}indole del sermone medievale ed i sermoni di San Antonio di Padova , en Studi francescani 6 (1934) 60-80; 195-224. 7. Desde septiembre de 1221, poco después de ingresar en la Orden, hasta noviembre de 1223, recorrió la Romagna enfrentándose públicamente con éxito a los herejes cátaros y patavinos. A la vista de su preparación intelectual san Francisco lo designó en 1223 primer lector o profesor de teología de la Orden, y se trasladó a Bolonia. En 1224 el Papa Honorio III pidió predicadores de altura para atajar el alarmante desarrollo de la herejía valdense, y san Antonio de Padua fue entonces a Montpellier. Allí permaneció tres años. Elegido provin­ cial volvió a la Romagna, donde murió cuatro años después. 8. El dualismo maniqueo y càtaro postulaba un absoluto desprecio por lo natural y lo material, porque «el mundo procede del demonio» (cfr. P. BREZZI, Catari , en Enciclopedia Católica , Ciudad del Vaticano 1949, 1087-1090). En efecto, entre los cátaros, el único pecado consistía en la sujeción al mundo, y el principio moral básico era la abstención del mundo.

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