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LA RELACION HOMBRE-NATRURALEZA EN LA «SUMMA HALENSIS» 243 Más adelante, citan a san Agustín de nuevo, para continuar argumen­ tando en esta misma línea, pero ahora incluyen una nueva perspectiva: la realidad del pecado, que ha oscurecido la mente del hombre, y que le hace equivocarse en sus valoraciones sobre el mundo que le rodea. En efecto, dice: «En este mundo, cuyo Fundador es Dios, se pretende criticar de muchas cosas cuyas causas no se ven; y de las obras y los instrumentos del Artífice se cree saber lo que no se sabe. Yo, verdaderamente, desconozco por qué fueron creadas las ranas, las moscas o los gusanos; pero veo, sin embargo, que todas las cosas en su género son bellas, aunque por nuestros pecados muchas cosas nos parecen adversas»34. Queremos subrayar estas últimas palabras del texto citado: «por nues­ tros pecados muchas cosas nos parecen adversas». En efecto, para los auto­ res de la Summa, el hombre encuentra en la naturaleza cosas que le pare­ cen útiles, otras que le parecen peligrosas y otras superfluas. Debe emplear las primeras, guardarse de las segundas y abandonar las terceras. Pero sin pretender que su criterio parcial y subjetivo sea el que defina la realidad de las cosas. En el conocimiento de la naturaleza no se inventa nada, sólo se descubre. Dios sabe por qué hizo cada cosa. Y, esto conviene subrayar­ lo, las hizo buenas. La bondad de todo se afirma rotundamente, y también la presencia del mal. Pero se distinguen en la Summa como dos niveles de mal. En las criaturas no racionales (plantas venenosas, animales dañinos, etc.), el mal queda relativizado. No es verdaderamente malo, tiene su fina­ lidad, o es sólo un mal aparente. Es en el hombre (el pecado) donde se encuentra la raíz del mal en el mundo. 6. P oder del hombre sobre la naturaleza Al tratar la relación de igualdad entre el hombre y la naturaleza hemos advertido que todos los seres creados se orientan al hombre y le sirven. Es en esta ordenación donde se encuentra la razón de su bondad. En otro lugar, al tratar directamente del hombre («De animante rationali»), los autores de la Summa se plantean en qué consiste ese dominio por parte del hombre. Dónde está su causa y hasta dónde llega. Comienzan su reflexión con las palabras del Génesis que describen la creación del hombre. Los primeros capítulos están dedicados al análisis teológico del término bíblico «faciamus». Después, en el tercer capítulo, 34. Cfr. AGUSTÍN, De Genesi contra Manichaeos I, cap. XVI, n. 25: PL 34, 185: «...omnia in suo genere pulchra esse, quamvis propter nostra peccata multa nobis videantur adversa».

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