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240 MIGUEL LLUCH-BAIXAULI Los autores de la Summa afirman que, entre los seres vivientes, hay una gradación de mayor a menor nobleza. En efecto, dicen, la vida vegetal es inferior y está ordenada a la vida de los animales. La vida animal es supe­ rior, y está ordenada sólo al hombre. El ser humano se entiende, por tanto, como el ser más elevado de la escala de los vivientes. En él se dan la vida vegetal y la vida animal; pero, aún participando de ellas, las trasciende29. Concluyen afirmando que las criaturas se ordenan según su mayor o menor nobleza y según sirvan, más o menos, al hombre («secundum nobilius et minus nobile et in quantum plus prosunt homini»). Esta escala de mayor y menor nobleza recuerda la clásica imagen jerárquica, tan querida al pensamiento neoplatónico, y que el pensamiento occidental había heredado, sobre todo a través de Dionisio. Sin duda, los maestros franciscanos de París la habían asumido plenamen­ te, aunque con las convenientes correcciones que le hicieron san Agustín y, posteriormente, Hugo de San Víctor, para impedir el peligro de una interpretación emanacionista de esta jerarquía cósmica. Queremos subrayar aquí, que esa mayor o menor nobleza de los seres estaba, para los autores de la Summa, en estrecha relación con su mayor o menor proximidad al hombre. Es decir, que el hombre es fuente de sentido para las demás criaturas. En la «Summa Hálense», servicio al hombre y nobleza de las criaturas son valores concomitantes. Como consecuencia de esto, otra cues­ tión se plantea inmediatamente. Si el hombre es dador de sentido para la naturaleza, ¿en qué medida el desorden del hombre es causa del desorden en la naturaleza? 5. R elac ión entre el m al en la n aturaleza y el pecado en e l hombre Como ha dicho L. Macali30 la idea de bondad está en la base de la teología natural de Alejandro de Hales. La bondad, en efecto, ilumina la vida interna y toda la actividad externa de Dios. De aquí que, para los autores de la Summa, toda criatura «est nata repleri divina bonitate, aliter vacua esset». Es decir, si Dios es la Bondad Suma, todas sus obras son buenas. en este texto del Génesis a los peces. Respondieron que no se hace mención de ellos, porque los peces encuentran su alimento en el agua. Y explican que las referencias a «animantia terrae» y a «animantia quae moventur in térra», significan, respectivamente, los animales de la tierra y los animales que se arrastran por la tierra (los resptiles). 29. En esta última afirmación citan a Gregorio de Nisa, «De anima et resurrectione», c. é: PG 46, 59. 30. Cfr. L. M a c a li, o . c ., 174.

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