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192 JOSE LUIS LARRABE realidad efectivamente —de una forma que comprometa positivamente las mentes y los corazones de nuestros sacerdotes y de nuestro pueblo, hará una mayor erosión en el aprecio del celibato—... La integración de esta dimensión positiva del celibato en la vida sacerdotal exige una personali­ dad integrada psicosexualmente, una libre aceptación del compromiso y una renovación periódica del mismo6. En este mismo sentido se pronunciaron otros obispos; y uno de los auditores , estando de acuerdo en ello, advertía contra «los resultados desas­ trosos por la indiscriminada aplicación de ideas y métodos psicológicos en los seminarios» e insistía luego sobre la necesidad de reforzar la base antro­ pológica del candidato al sacerdocio con un discernimiento realístico antes de admitirle al seminario»7. «Papel de la mujer» Durante esa misma primera semana tuvo lugar también la sugerencia del Cardenal Albert Decourtray, presidente de la Conferencia Episcopal francesa sobre la necesidad de potenciar la presencia activa de la mujer en el ciclo formador; que esta participación femenina se efectúe en los siguien­ tes cinco niveles: 1. una enseñanza teológica que no eclipse la feminidad; 2. celebración de la liturgia y de los sacramentos con un papel reservado a la mujer; 3. la sana relación hombre-mujer en la vida cotidiana; 4. el acompañamiento espiritual que la mujer puede prestar al sacerdote; 5. colaboración real y estrecha en el discernimiento vocacional8. Colaboración Este-Oeste en vocaciones y formación Por cierto muy positiva según unos y otros obispos presentes en el aula sinodal: «Las vocaciones es lo único que no nos falta, dijeron algunos obispos del Este. Todo lo demás: edificios, formadores, bibliotecas, etc., hay que inventárselo o pedirlo... Este puede ser uno de los resultados más positivos de este Sínodo, decían: la colaboración ofrecida por todos a las Iglesias uniata, rumana, checoslovaca, bielorrusa, para que los candidatos al sacerdocio, que no faltan, puedan ser formados como conviene»9. 8 . Ibid. 9 . Ibid.