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EL SACERDOCIO EN EL SINODO 1990 207 cuanto amor con corazón indiviso a Dios y a la Iglesia; pobreza en cuanto sometimiento de todos los bienes al Bien Supremo de Dios y de su Reino; y que el sacerdote deba asumir el modo de vida de Cristo, casto, obediente y pobre. Que el sacerdote verdaderamente pobre es signo concreto de separación, renuncia y no sumisión a la tiranía del mundo contemporáneo que repone toda su confianza en el dinero y en la seguridad material {Ibid ., p. 24, col. 3). El celibato Situándolo en este contexto, respetando la disciplina de algunas Iglesias orientales, las intervenciones del sínodo 1990 se muestran, en general y desembocan al final en consideraciones como éstas: el celibato sacerdotal es un carisma, considerado para los presbíteros como un don de dios de valor inestimable para la Iglesia y con valor profètico para el mundo actual. El sínodo no quiere dejar la menor duda en nadie sobre la firme volun­ tad de la Iglesia de mantener la ley que exige el celibato libremente elegido y perpetuo para admitir a los candidatos a la ordenación sacerdotal confor­ me al rito latino y se exhorta siempre a que se presente y se explique el celibato en su plena riqueza bíblica, teológica y espiritual, como don pre­ cioso donado por Dios a su Iglesia y como signo del Reino que no es de este mundo, pero a la vez del amor indiviso del sacerdote a Dios y al pueblo de Dios de manera que el celibato aparezca como positivo enrique­ cimiento del sacerdocio (y del sacerdote) ( ibid ., col. 4). Dimensión misionera y evangelizadora Sobre esto habíamos escrito ampliamente en el comentario que hicimos al documento titulado «Lineamenta»49 y al «Instrumentum laboris»50, diciendo que sin este espíritu misionero, sin este afán de la nueva evangeli- zación, apaga y vámonos; y añadía: «y no hay nada que apagar». Ambitos vocacionales Y ¿qué decir de los ámbitos en que normalmente nacen, viven y crecen estas cocaciones sacerdotales? Está claro (con sínodo y sin él) que la pasto- 49. José Luis Larrabe, De nuevo un Sínodo sobre formación sacerdotal, en Surge 1990, 280-293. 50. Id., Trayectoria de los sínodos de Roma en los 25 años posconciliares , en Lumen 1990, 353-402.

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