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EL SACERDOCIO EN EL SINODO 1990 199 La primera mitad del sínodo condiciona la segunda ya que es en las primeras reuniones plenarias donde se manifiesta la mayor creatividad, la diversidad y al mismo tiempo la unidad misteriosa de la Iglesia32. Parece haber bastante coincidencia entre los obispos cuando conside­ ran que en la actualidad los seminaristas no reciben el suficiente conoci­ miento de la filosofía, teología y de las ciencias positivas de formación humana a favor del hombre de nuestro tiempo; y del año 2000... No es poco lo que se pedía a los «círculos menores»: que estudiaran: 1. una clara definición de la identidad sacerdotal en su aspecto cristológico: «configurado ad Christum» y eclesiológico: «Ecclesia ut mysterium com- munionis-missio»; 2. causas de la disminución o incremento de las vocacio­ nes sacerdotales en las diversas, muy diversas, partes del mundo; ojalá que aportando algún elemento que ilumine la acción pastoral para fomentar las vocaciones; 3. el año propedéutico (a modo de noviciado) previo a los estudios sacerdotales; 4. cómo hay que entender la espiritualidad sacerdo­ tal ¿desde su fundamento sacramental o desde los consejos evangélicos? 5. cómo ayudarles a la castidad sacerdotal y celibato; 6. la formación apos­ tólica y misionera; 7. el sentido del presbiterio para la animación de la vida del sacerdote; 8. cómo ayudarles ante las características negativas del mundo del hoy: secularización, consumismo, materialismo, erotismo, etc.; y ante las características positivas: justicia, paz, ecología, alfabetización, etc.; 9. la recta y adecuada formación intelectual en conformidad con el Magisterio de la Iglesia; 10. la necesaria inculturación salvando la identi­ dad católica; 11. la formación permanente; 12. sobre los formadores: ellos ¿y ellas? (De la participación de las mujeres en la formación); 13. es la pregunta sobre los seminarios mayores y menores y la relación entre semi­ narios y facultades; 14. la inter-comunión entre las Iglesias; 15. otras cuestiones33. De las aportaciones escritas no emerge ninguna idea nueva de las emi­ tidas y reseñadas anteriormente, sino subrayar las que hemos recogido has­ ta ahora; la del Padre Kolvenbach se fijó en la labor de las Universida­ des eclesiásticas para formar «la dimensión pastoral y diálogo científico- cultural» 34. De las Relaciones de los círculos se pueden espigar todavía algunos aspectos nuevos o subrayando, sobre todo, la necesidad de dar una identi­ dad precisa al sacerdote en su relación a Cristo y al presbiterio y al sacerdo­ cio común de los fieles. No hay contraposición sino complementariedad 32. Antonio P elayo , en Ecclesia 1990, n. 2498, 18-19. 33. Ibid. 34. Santiago FERNÁNDEZ A jidanaz , en Vida Nueva, 1990, 1761, 37.

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