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198 JOSE LUIS LARRABE 6. Deseamos... que el ciclo institucional de estudios filosófico-teológi- cos sea de seis cursos (Mons. Rouco). 7. Intensificar la vida espiritual y la práctica de los ejercicios espiritua­ les incluso para el discernimiento vocacional (Card. Suquía). 8. Tres dimensiones del sacerdote: tres principios rigen su formación y deben acompañar al sacerdote: el sacramental... para actuar en la persona de Cristo (Cabeza: PO 2), y en nombre de la Iglesia; el eclesial, como actualización de la misión apostólica en comunión con su obispo y su presbiterio; y el místico-espiritual en torno a la eucaristía, a la que se tiende y de la que todo se deriva; así y ahí se articulan las múltiples dimen­ siones humanas, culturales y pastorales de la formación (Card. Martínez Somalo). 9. Teología de la liberación : «el hecho de no mencionarla y que no haya sido aludida, se interpreta por unos como asimilación; por otros, como olvido»29. 10. Se ha descrito una situación pluriforme en que se debaten los sa­ cerdotes en las distintas partes y naciones del mundo. En cambio «de no saber que se está tratando del clero secular , se pensaría que los sinodales se están refiriendo a la vida religiosa consagrada: «noviciado», pobreza, obe­ diencia, castidad, vida común, etc.30. Algún que otro sinodal, como el obispo de Lugano (canonista) han entrado a fondo en el problema de la espiritualidad sacerdotal específica , dice Manuel Alcalá (¿bid.). II ESPERANZAS SACERDOTALES DE FUTURO No es la primera vez que los sínodos tratan de esta identidad sacerdo­ tal; recientemente he estudiado ex-professo la «Trayectora de los sínodos de Roma en los 25 años posconciliares»31. Ahora se trata de ver el tema en la segunda parte de este sínodo 1990 con la preocupación sobre qué sacerdotes para los hombres de hoy se quieren y se desean en estas circuns­ tancias. 29. Ibid., 33, col. 2. 30. Ibid., 34, col. 2. 31. José Luis LARRABE, en Lumen 1990, 353-402; Id., Imágenes de la f e , 1990, n. 247.