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EL SACERDOCIO EN EL SINODO 1990 197 Mejor un año (como de noviciado) que los psicoanálisis Refiriéndose a la formación inicial de los candidatos y a la selección misma: se trataría de un año propedéutico espiritual dando un fuerte relieve a la purificación espiritual de los motivos de ingreso por ese camino y de permanencia y progreso en él; también a la formación filosófica (haciéndose mención de honor de la de santo Tomás como «pilar seguro para construir una auténtica teología» se dijo. La formación teológica se centra en la inser­ ción del sacerdocio en la cristología y en la eclesiología; que luego en el trabajo pastoral se considere a las mujeres como válidas colaboradoras debiendo evitarse tanto la excesiva familiaridad como la desconfianza28. A lgun as conclusiones por el cam ino 1. Que las comunidades formativas no deben proponerse ni sólo ni principalmente en términos organizativos y reglamentarios, sino ante todo como una comunidad de vida: un ámbito de fraternidad, de oración, de eucaristía, de trato y discernimiento mutuo, de crecimiento humano y evangélico; dando ejemplo de ello los formadores. 2. Necesidad también de los seminarios menores y casas de formación espiritual. 3. El celibato exige un alto grado de desarrollo psicosexual y debe ser presentado en términos positivos. 4. Variedad de fórmulas de formación: el seminario no es, se dijo, ante todo un tiempo o un lugar, sino un aprendizaje de vida espiritual y apostó­ lica que se prolonga durante toda la vida del sacerdote. Por seminario no se ha de entender sólo un lugar concreto sino una entidad moral «ad hoc» para la formación de los sacerdotes de hoy y de mañana, dijeron algunos sinodales. 5. El problema de la carencia de vocaciones evidencia una falta de vitalidad religiosa; y la propuesta vocacional explícita de la vocación sacer­ dotal no hay que reducirla a algún que otro momento excepcional de la vida cristiana: por ejemplo con ocasión de la confirmación que, por cierto debería servir más explícitamente en este sentido. Lapropuesta de tal vocación... ha de ser como camino de plenitudhumana, espiritual y de mayor servicio a los hermanos (Mons. Caries). 27. lbid ., 30, col. 3 al final. 28. lbid., 31, col. 3 al final.

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