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156 SATURNINO ARA la administración de los sacramentos. En países donde no es conocido Cristo, la tarea evangelizadora, nueva en ardor, metología y expresión14, aproxima la fe a los no creyentes y agrupa o asocia a los creyentes. Cuando actúa en países de tradición cristiana que, al cabo del tiempo y con la evolución histórica y cultural, tienen estractos más o menos amplios y pro­ fundos que ya no están impregnados por el Evangelio, busca acercar Cristo a los jóvenes, a los matrimonios, a los pobres y a cuantos constituyen la entidad parroquial. Organiza para ello infinidad de actividades, como se pone en evidencia en las parroquias, sobre todo, de zonas urbanas. Se abre también a la nueva o segunda evangelización. No pretendemos, en este momento, ni definir ni precisar el sentido de nueva o segunda evangelización, sino simplemente señalar y destacarla como actuación de futuro ante un mundo que pide nuevas formas de pre­ sencia de la Iglesia. 1.4. La parroquia lugar de culto y oración litúrgica El rasgo o característica de la parroquia que nos interesa destacar, en segundo lugar, es el de la experiencia de fe que se expresa en el culto y oración litúrgica. No cabe duda que es misión principal de la parroquia el buscar dar culto al Señor, mediante las celebraciones litúrgicas, culmen de la oración, y mediante las expresiones de devoción popular, igualmente manifestacio­ nes de fe y oración. Cuida, de modo particular, la Eucaristía que «aparece como la fuente y culminación de toda predicación evangélica»15. La misa dominical re­ quiere una catequesis nueva y profunda que estimule a la participación de los fieles en el homenaje y comunión que supone este encuentro semanal con Dios y con los componentes de la comunidad16. La recepción de los sacramentos: Bautismo, Eucaristía, Penitencia, Confirmación, etc., com­ prometen con catequesis especializadas, aunque, en un primer momento y siempre, sean catequesis para profundizar en el compromiso inicial. La mejora en las celebraciones litúrgicas de los sacramentos y, en parti­ cular, la Eucaristía, no cabe duda que ayuda a elevar el clima parroquial, 14. J uan P ablo II, Discurso a la Asamblea del CELAM en Haití, 1983. 15. Vresbyterorun ordinis , 5. 16. Véase «Plan de Acción Pastoral de la CEE para el trienio 1990-1993. Impulsar una nueva evangelización», Madrid 1990, en particular III. Acciones, objetivo específico 1.°: For­ talecer la vida cristiana. 1. Campaña para promover el sentido cristiano del domingo y de las fiestas religiosas, p. 35.

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