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LA PARROQUIA, ESTRUCTURA EVANGELIZADORA 155 atender a los bautizados y conservar la fe de los practicantes. Tiene que ir en busca de los alejados. Así la parroquia se constituye en lugar e institu­ ción evangelizadora, antes que la misma diócesis y cualquier otro organis­ mo eclesiástico. Y nos podríamos preguntar, entonces, si realmente la Igle­ sia local, como célula primaria, la constituye la diócesis o la parroquia11. El trabajo fundamental de la parroquia evangelizadora consiste en la labor catequética que ayude a los fieles a formular su compromiso con una fe inicial y que les lance, luego, a ser agentes de una acción evangelizadora. Nuevo y principal ministerio de los laicos12. Pero, a veces, el ministerio de los laicos queda reducido, tristemente, a una buena administración de Cá- ritas, a una correcta gestión de los fondos y bienes parroquiales, sin el lanzamiento a la tarea que les permita santificarse en el ejercicio de la Misión de la Iglesia; ejercicio que no se reduce a una acción como padres, esposos, empleados, empresarios, obreros, comprometidos con la política, medios de comunicación y cultura, ni a una actuación al interior de la misma Iglesia, sino que se abre a la evangelización, a la que denominamos, hoy, nueva o segunda evangelización. «La evangelización anuncia y realiza la Buena Noticia de Jesucristo: Dios Padre ama al mundo en su Hijo. El don de Dios en Jesucristo se nos ofrece a los hombres como el principio más hondo y decisivo de la salva­ ción personal y colectiva, creador de un hombre nuevo y de una humani­ dad nueva, por la acción del Espíritu. La evangelización se dirige a la conciencia libre de las personas que viven una sociedad concreta. Aporta a quienes acogen el Evangelio la capa­ cidad de una transformación real que, desde el interior del hombre, pene­ tra en toda la convivencia social, la hace más humana, más justa y fraternal, y la ilumina y eleva con el don de Dios. La oferta convincente y significativa de la forma de vida de Jesucristo en la acción evangelizadora se realiza desde una presencia encarnada en la vida de los hombres y desde la pobreza evangélica, no desde el poder» 13. La parroquia evangelizadora no se limita ni contenta con ofrecer a los fieles una atención, respuesta a una situación de cristiandad, centrada en 11. «Tuttavia storicamente parlando si può cogliere un fatto curioso: si può affermare, date le caratteristiche della parrochia confrontate con quelle della diocesi, che sia nata prima la parrochia che la diocesi. Quasi a dire gli apostoli inizialmente riproducano più le relazioni parrocchiale che non propriamente quelle diocesane. Queste ultime si sono sviluppate in secondo tempo quando cioè al crescere delle comunità iniziali (parrocchiali-diocesane) s’e devuto creare nuove unità solo periferiche (parrocchiali) mentre le altre si trasformavano in realtà diocesane» G. Se ARVAGLIERI , Sociologia della parrocchia , Roma 1991, 25, nota 28. 12. P ab lo VI, Evangelii nuntiandi ,70. 13. Cfr. A A .W , Evangelización y hombre de hoy , Congreso, Madrid 1986, 542. Docu­ mento final, conclusión 10.

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