PS_NyG_1992v039n002p0151_0186
160 SATURNINO ARA 2. La vida capuchina, institución religiosa He aquí el segundo polo de energía que, conectado a la parroquia evangelizadora, debe potenciar e iluminar el instrumento pastoral «singula rizado», no obstante la voz y reacción de quienes sostienen y afirman que la parroquia no tiene otras peculiaridades que las provenientes de su ser institución eclesial al servicio de la comunidad de creyentes, hoy y siempre, en clave evangelizadora. Pediríamos para tantos religiosos sacerdotes, entusiasmados de la labor y tarea parroquiales, un poco de imaginación y un algo de creatividad, a fin de no privar a la Iglesia y sociedad de esa «singularidad» que supone la atención parroquial, dada por los sacerdotes religiosos que viven el patri monio espiritual o carima del instituto. De los institutos religiosos y en particular de la Orden Capuchina po dríamos destacar distintos aspectos de patrimonio espiritual. Nos limitamos a la presentación de algunos de los que afectan y atañen más de cerca a nuestra reflexión y objetivo: la parroquia servida por los capuchinos. 2.1. Universalidad de la vocación capuchina y disponibilidad franciscana Algo que se conoce y denomina, dicho de forma común y vulgarizada, como actitud peregrinante. Es ésta una buena disposición para poder servir con ilusión a una porción del pueblo de Dios que no debe verse aislada y cerrada en sí misma, sino en comunión y en relación con todo un universo eclesial y mundial, en cuya evangelización se ha destacado siempre el segui dor del Francisco de Asís, hombre universal, y, al mismo tiempo, conecta do con el pueblo, es decir, insertado entre las gentes con quienes la Provi dencia le concede vivir. Hemos de insistir en que, por primera vez, está todo el mundo en el escenario. Y por ello, también, por primera vez, los problemas son mun diales. La Iglesia universal, por primera vez, en un mundo universal, tam bién por primera vez20. Es decir, antes los problemas eran diocesanos y se conocían las rivalidades entre clero secular y regular. Ahora los problemas asumen proporciones universales. La parroquia, como institución asociativa, deriva directamente del Con cilio tridentino y responde a una necesidad de cumplir deberes religiosos, no sólo los clásicos como el bautismo, confirmación, matrimonio y funera les, sino también otros deberes como la misa, el precepto pascual y obras 20. Cfr. W. Buhlm ann, Ojos para ver. Los cristianos ante el tercer milenio , Barcelona 1990.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz