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CONTEMPLACION Y SEGUIMIENTO DE CRISTO POBRE Y CRUCIFICADO 13 El Lignum vitae ha influido muchísimo, tanto en el campo espiritual como en el campo artístico, literario y musical. En el siglo XIH y XIV se cantaban sus versos6. Los versos están ordenados alfabéticamente y con un claro fin nemotécnico7, como el mismo Buenaventura explica en el prólogo: «En la primera serie de ramas, van colocados de una y otra parte cuatro versitos por orden alfabético, y lo mismo en la segunda y tercera ramificación» (prol. 2 ) 8. A veces se le dan también estos otros títulos: Arbor vitae; Fasciculus myrrhae; Contemplario de passione Domini9. El tratado contiene 48 meditaciones, cuya forma ha sido cuidadosamente estudiada por Buenaventura, tanto en el estilo, de una densidad que desafía toda traducción, como en el pensamiento profundamente teológico10. Domina el vocabulario místico, rico en datos bíblicos, patrísticos y monásticos a los cuales Buenaventura ha traído su impronta personal. Es muy rico en los términos, llenos de matices, para traducir la gloria, la luz y el esplendor de Dios y de su H ijo11. Son abundantes los términos del lenguaje nupcial-místico para indicar la unión de Cristo al alma, a la Igle- últimas conferencias sobre el Hexaemeron. Cfr. II Sent., d. 17, club. 4; II Sent., d. 29, dub. 3; In Jo. Com., 6, 40; Brev., 2, 10; Serm., IX, 56; Serm., IX, 116 (Cuando citamos los sermones ponemos en números romanos el tomo y las páginas de la edición crítica de Quaracchi). En In Le. Com., 23, 36, el mismo Buenaventura nos explica que la inspiración más que de los árboles genealógicos, muy en boga en las artes figurativas del tiempo, parece que sea Ap 22, 1-2: «En medio de la plaza, a una y otra margen del río, hay árboles de Vida, que dan fruto doce veces, una cada mes; y sus hojas sirven de medicina para los gentiles». De este texto procede el planteamiento de la obra como el mismo Buenaventura hace notar en los números 2 y 3 del prólogo. En la misma línea se inspira en Ap 2, 7: «al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el Paraíso de Dios» y Ap 14: «Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del árbol de la Vida y entrarán por las puertas en la Ciudad». Esta imagen, que simboliza la inmortalidad está tomada, a su vez de Gn 2, 9: «Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida». Así se quiere indicar que el árbol de la vida plantado en medio del paraíso es prefiguración del Cristo crucificado en el lignum vitae. Y la cruz es continuación, renovación y forma definitiva del árbol de la vida. También representa a la inmortalidad porque en ella Cristo da la vida a todas las creaturas. Cfr. C. DEL ZOTTO, La teología dell’imagine in San Bonaventura, Vicenza 1977, 232-238. 6. Cfr. Cantuale Romano-Seraphicum, editio tertia, ancta ac Rituali nec non Antiphonali Ordinis adaptata a fr. Eliseo Bruning, Parisiis-Tornaci-Romae 1951, 82-84, n. 75; O crux frutex salvificus. Words from «Lignum Vitae» by St. Bonaventure. Music {rom the Darmstadt MS., XIII Century, and the Berlín MS., XIV Century, Accompaniment by J. J. Meger, New York 1938; F. PETRANGELI P apini , II Dottore Seráfico nelle raffigurazioni degli artisti, en S. Bonaventura 1274-1974, t. I, Grotaferrata 1973’ 30-43. 7. Cfr. E. JALLOGHI, Ritmi latini di Bonaventura, Roma 1915. 8. Siempre que citamos un texto del Lignum vitae ponemos el número de la meditación entre paréntesis. 9. Sobre el título cfr. E. SMEETS, Lignum vitae, en dictionaire de Theologie catholique, t. II, Paris 1932, col. 972. La autoridad de los códices más antiguos está a favor del título de Lignum vitae. 10. J. G. BOUGEROL, Introduzione a S. Bonaventura, Vicenza 1988, 243-244. 11. Cfr. L.v. 1. 35. 33.
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