PS_NyG_1992v039n001p0007_0093

68 LUIS RODRIGUEZ CHILAN Se trata de un cristocentrismo no absoluto, sino relativo en el sentido que Cristo no es el fin en sí mismo, sino camino al Padre256. Se trata de un cristocentrismo trinitario: «El Verbo expresa a un tiempo al Padre, a sí mismo, al Espíritu Santo y a todas las otras realidades»257. De la vida concreta de Jesús, Buenaventura pasa a pensar en el hecho eterno de las comunicaciones divinas. Lee los hechos históricos no en pura perspectiva historiográfica, sino elevados a categoría metafísica. Es el pro­ ceso del Breviloquium, que parte de la historia concreta de Jesús, convir­ tiéndose lo cristológico en criterio interpretativo del lenguaje teológico sobre el Dios-Trinidad. El pensamiento de Buenaventura está en paralelis­ mo con la teología origeniana del Verbo-Imagen, que como expresión ad intra es el fundamento de toda expresión ad extra258. La cruz es historia del amor trinitario de Dios por el mundo. La humildad y la pobreza del Crucificado dejan transparentar la libertad del amor trinitario, que sale de sí mismo para donarse al otro en total despojamiento259. En la cruz el amor trinitario sale por la herida abierta en el corazón de Cristo como 256. Cfr. B. APERRIBAY, Cristología mística de San Buenaventura, en la introducción a las obras de la B.A.C., t. II, Madrid 1946, 3-93. 257. Hex., 9, 2. Cfr. J. S o br in o , Cristología desde América Latina. Esbozo a partir del seguimiento del Jesús histórico, México 1976, 192: «La afirmación cristiana sobre Dios como Trinidad cobra un sentido nuevo y dinámico desde la cruz. Dios participa y se deja afectar por la historia del Hijo, y por otra parte la historia es asumida en el Espíritu. Lo que aparece en la cruz es la estructura interna de Dios mismo». 258. Cfr. F. C ha VERO BLANCO, Teoría buenaventuriana de la redención. Sus presupuestos antropológicosyen Estudios franciscanos 86 (1985) 515-575. 259. Moltmann ha unido la teología de la cruz y la doctrina de la Trinidad. Pensar sobre la Trinidad a partir de la cruz como acontecimiento trinitario está propuesto por Moltmann y seguido de muchos, siempre que la cruz no sea vista como momento aislado, sino como el verdadero terreno de la vivencia salvífica de Cristo, que abarca y desvela todo, desde la concepción a la resurrección y a todo el misterio trinitario. La cruz, como la entera obra salvífica de Cristo es el misterio de la economía, el mismo misterio trinitario revelado y activo en la historia. Cfr. J. MOLTMANN - J. B. M etz , II Dio Crocifisso. II problema moderno di Dio e la storia trinitaria di Dio, en concilium 76 (1972) 173-87: «La cruz es un acontecimiento que tiene lugar entre Dios y Dios, «Dios mío ¿por qué te has abandonado?». La cruz es el comienzo de una teología específicamente cristiana. El lenguaje cristiano en la cruz de Cristo se convierte en lenguaje trinitario sobre la historia de Dios. La expresión más concisa de la Trinidad es la acción divina de la cruz, en la que el Padre permite al Hijo ofrecerse a sí mismo por medio del Espíritu. El abandono de Dios es amor. No sólo el padre entrega, sino el Hijo se entrega por amor. Para comprender la cruz de Cristo se necesita un lenguaje trinitario; no es posible una comprensión no teísta o humana de la historia y la cruz de Jesús. La cruz inserta en el ser mismo de Dios y el ser de Dios en la cruz. El principio material de la doctrina trinitaria es la cruz y el principio formal de la teología de la cruz es la doctrina de la Trinidad. La unidad de la historia del Padre, del Hijo y del Espíritu se llama Dios. La palabra Dios expresa una historia determinada donde se revela quién y qué es Dios. Hablar cristianamente de Dios implica «contar» y predicar la historia de Cristo como historia de Dios (o sea del Padre, del Hijo y del Espíritu)».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz