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CONTEMPLACION Y SEGUIMIENTO DE CRISTO POBRE Y CRUCIFICADO 65 «Esta soberana sabiduría escrita está en el libro de la vida , en quien Dios Padre escondió todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia. Por eso el Unigénito de Dios, como Verbo increado, es el Libro de la sabiduría, y en la mente del sumo Artífice la Luz llena de razones vivas y eternas; como Verbo inspirado, irradia en las inteligencias de los ángeles y bienaventurados; como Verbo encar­ nado, alumbra las almas conjuntas a la carne. Y así la multiforme Sabiduría de Dios, de él y en él rebervera por todo el reino, como de un espejo de belleza comprensivo de toda especie y de toda luz, y como en libro donde, según los profundos arcanos de Dios, se encuentran descritas todas las cosas. ¡Oh!, si yo pudiese hallar este Libro, cuyo origen es eterno; su esencia, incorruptible; su conocimiento, vida; su escritura, indeleble; su meditación, deseable; fácil, su doctrina; dulce, su ciencia; inescrutable, su profundidad; inefables, sus palabras, y todas sus palabras un solo verbo. En verdad, quien halla este Libro, hallará la vida y alcanzará del Señor la salud» (46). La Trinidad se nos ha manifestado en un triple testimonio de sí misma: en el libro de la naturaleza, en el libro de la Escritura, en el libro de la vida. Los tres se complementan y forman la unidad de la teología. En las Quaestionos disputatae de mysterio Trinitatis Buenaventura habla del libro de la creación, del libro de las Escrituras y del libro de la vida, donde se revelan la totalidad de los misterios de Dios, excavando en su corazón y siendo la boca de Dios (Padre), la lengua de Dios (Hijo) y la pluma de Dios (Espíritu Santo). Sólo Cristo crucificado es la llave que puede abrir el libro de la creación y el libro de la Escritura, porque, como dice al Apocalipsis, sólo el Cordero degollado es digno de abrir el libro. Buenaventura ve la creación como libro desde su doctrina del ejempla- rismo. Por eso, sólo es legible desde el libro de la Escritura, cuya clave interpretativa es Cristo, libro de sabiduría escrito por el Padre y que sólo se abrió del todo en la cruz. La cruz es nuestro libro y allí tenemos que leer la sabiduría de Dios. Buenaventura llegará a identificar a Cristo crucificado con el libro escrito por dentro y por fuera243, que encierra todas las sabidu­ ría y los misterios del Padre. Este libro, que es Cristo, sólo se abre del todo en la cruz244. La propia conciencia, como íntimo testimonio de Dios mismo en que los pecados y obras buenas están escritos, es también libro: 243. Cfr. Hex. 14-17; Brev. 2, 11. La naturaleza es un libro escrito por fuera, mientras que la revelación de la Escritura es un libro escrito por dentro y Cristo, Dios encarnado es el libro apocalíptico y revelador escrito por dentro y por fuera. Cfr. H. U. VON BALTHASAR, o. c., 298. 244. Cfr. Sermo II Feria VI Parase., IX, 263; Cristo es «el libro de la vida escrito por dentro y por fuera para la salvación del mundo» ( V. M. 24, 2; Itin. 6, 7; Brev. 2, 11, 2). Cristo crucificado contiene el mensaje evangélico completo, contiene todo, enseña todo lo conocible, tiene la solución a todos los problemas {Per/. 6, 1, 11). 5

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