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62 LUIS RODRIGUEZ CHILAN • La cruz como punto máximo de la revelación de Dios «La revelación de Dios en la cruz tuvo una influencia extraordinaria­ mente profunda y viva en la mística medieval, y de manera especial en Bernardo y Buenaventura» 226. La consecuencia inmediata de esta constata­ ción es que toda la teología de Buenaventura queda marcada por la cruz227, especialmente su cristología. «Omnia in cruce manifestantur»22* , dirá Buenaventura. Cristo revela al Padre sobre la cruz; ésta es la clave para interpretar toda la cristología de Buenaventura. Es en el escenario de la cruz donde el Centurión descubre que el Crucificado es Dios: «Entonces el mismo Centurión conoció que Jesús era Dios» (29). Esta es la invitación que Buenaventura quiere hacer a todo cristiano229. Para Buenaventura lo humano de Cristo era y permanece sacramento, signo e instrumento del ser y hacer divino: «Para quienes miran a Cristo, la visión de la carne que aparecía era vía al conocimiento de la divinidad que no aparecía»230. El Homo assumptus no dispensa de Dios, ni lo sustitu­ ye, sino que lo revela y lo dona. La humanidad de Jesús es el instrumento más apto por el que Dios hace exégesis de sí mismo en la historia del hombre. La carne y la vida de Cristo es la forma cómo Dios mismo se convierte en Palabra visible, audi­ ble y tangible. En esta Palabra, el hombre puede leer la naturaleza última de Dios y del mismo hombre. El misterio del amor crucificado del Hijo nos introduce en el corazón de los misterios de Dios231. La revelación del corazón de Dios en el corazón de Jesús descubre el misterio fontal de Dios, «que mana de la fuente arcana del Corazón » (30). 226. Cfr. F. HEINRICH, Teología fundamental, Barcelona 1987, 343. 227. Cfr. W. H ü LSBUSCH, Elemente einer Kreuzestheologie in den Spatscbriften Bonaven- turas, Düsseldorf 1968, 184: «Partiendo de la cruz de Cristo, en la que culmina la historia de la salvación, Buenaventura sube al corazón de Dios. Y porque la cruz es para él la suprema revelación, puede reconocer ahora y siempre más profundamente el mundo sellado en la cruz». 228. T. V 3, 5; Sermo Feria VI Parase., IX, 265: «Nullus est qui possit pervenire ad intelligentian Scripturarum nisi per crucem». 229. Cfr. J. MOLTMANN - J. B. M etz , Il Dio Crocifisso. II problema moderno di Dio e la storia trinitaria di Dio , en Concilium 76 (1972) 173-87: «Si queremos saber quien es Dios, debemos arrodillarnos a los pies de la cruz». 230. Plant. 1. 231. Cfr. W. HüLSBUSCH, o . c ., 167; Z. H a y e s , o . c . 222: «El que ha sido siempre el centro de la realidad, aunque escondido en la historia de un mundo pecador, es y permanece el centro a través de cuya humanidad nosotros penetramos en la contemplación de Dios».

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