PS_NyG_1992v039n001p0007_0093

44 LUIS RODRIGUEZ CHILAN ciones pastorales. No cultivó la teología por sí misma, por mera pasión especulativa, sino que era, sobre todo, un hombre de acción. Por eso dice Longpré que «superó las preocupaciones demasiado intelectualísticas de la época»138. E sq u e m a t e o l ó g i c o d e l L ignum vit ae El Lignum vitae no es un simple tratado devocional, sino un tratado espiritual y teológico; síntesis de toda la obra de Buenaventura. Refleja el estilo y la actitud de su teología y de su vida. Esta obra sintetiza en una imagen toda la teología de Buenaventura tanto en lo esencial de su conteni­ do como en su estilo de hacer teología, orientada hacia la sabiduría. La clave es la cristología. La vía, el deseo intenso de configurarse con el Cru­ cificado. En este sentido, los pequeños detalles de la vida y misterios de Cristo, que aparecen en esta obra, no pertenecen sólo a la espiritualidad, sino que son también teología. Buenaventura construye su doctrina cristológica, con el corazón centrado en la pasión, valorando la participación de los creyen­ tes en la pasión de Cristo. La unidad entre teología y santidad debe ser reencontrada en la fuente, recuperando la identidad de Jesús en cuanto único teólogo139. y en este sentido se refiere a la vida de Cristo y puede decir como Pablo que no es él el que vive, sino que es Cristo que vive en él (Itin., prol. 3). No se limita a saber de Jesús, sino que quiere experimentar cómo es: quiere tocarlo, poseerlo, vivir de él hasta compartir su destino (L. V. 7. 26), hasta el «cor unum» y poder decir con humildad: «Su corazón es también el mío» (V. Ai., 3, 4). Como místico se preocupa de la relación personal con el Verbo encarnado y del significado vital para nosotros. Por eso se acerca más al dato bíblico y a la vivencia histórica del Señor, que quiere, en cuanto posible, revivir. Cfr. L. ClGNELLI, II Cristo de S. Bonaventura , en Bonaventuriana. Saggi in occasione del VII centenario della morte di san Bona- ventura , Gerusalemme 1974, 5-68. 138. E. LONGPRE, La theologie mystique de Saint Bonaventure, en Achivum Franciscanum Historicum 14 (1921) 37. 139. El notable pintor extremeño, Francisco de Zurbarán, haciéndose eco de una her­ mosa leyenda, ha reproducido en uno de sus cuadros a las dos grandes figuras del siglo XIII, santo Tomás, y san Buenaventura, en ocasión de una visita que el doctor angélico debió hacer a su amigo Buenaventura. Varios frailes menores han acompañado a santo Tomás a la modes­ ta habitación del doctor seráfico. Allí se distingue sobre una tosca mesa una pequeña biblio­ teca con gruesos pergaminos, en cuyos lomos se puede leer: Opera divi Hieronymi, Augustini opera... En el momento de recibir la honrosa visita, estaba el devoto franciscano ocupado en el estudio, como nos lo dicen los libros abiertos sobre la mesa; pero se ha incorporado al instante para saludar al huésped y amigo. El sabio dominico halla entonces una propicia ocasión para expresar al compañero la profunda admiración que sus escritos le producen, y se atreve a preguntarle, en qué libros se inspira para escribir tan celestial doctrina. Buenaven-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz