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42 LUIS RODRIGUEZ CHILAN Podemos hablar de theologia crucis en Buenaventura teniendo en cuen­ ta de que se trata de una teología afectiva basada en una experientia crucis y en la historia concreta de Jesús. La experiencia del misterio pascual de Cristo es el principio hermenéutico que nos ayuda a interpretar la teología bonaventuriana, especialmente su teología mística, buenaventura es el hom­ bre de la cruz, el fiel seguidor de san Francisco, el poverello marcado en su misma carne con las señalaes de la cru z126. El concepto de Verbum crucifi- xum no es sólo un tema de la especulación teológica, sino también la expe­ riencia del encuentro místico con Dios. Buenaventura pone las bases de su teología de la cruz en el seguimiento e imitación de Cristo desnudo y pobre sobre la cruz. Pone a Jesús en el centro del diálogo Dios-hombre-mundo127. Complemento necesario de esto es el aspecto místico por el que el discípulo profundiza en el amor de Dios revelado en la cruz pascual de su Hijo128. Buenaventura no se interesa por una teología abstracta de la cruz, sino por una teología afectiva, por la dimensión experiencial del crucificado. Especialmente en la cristología, no se pueden separar especulación y espiritualidad. Hay un nexo íntimo entre teología sistemática y espiritual129. La vida de Cristo tal como nos la presentan las Escrituras, es para Buenaventura, la fuente principal de su teología especulativa 13°. Subraya, al mismo tiempo, la dimensión antropológica de los misterios de Cristo131. Buenaventura insiste en el papel de la humanidad de Jesús, no sólo en el tema de la redención, sino, sobre todo, en el encuentro personal entre 126. La elección de Buenaventura como general de la Orden Franciscana en 1257 cam­ bia el acento de sus escritos. Durante su etapa anterior en la Universidad de París sobresale el acento académico, especulativo y exegético de sus obras. A partir de 1257 el acento místico- afectivo es mucho más fuerte. El elemento central de sus últimas obras es la experiencia del Verbum crucifixum. La contemplación y el conocimiento de Dios pasa necesariamente a través del amor al Crucificado. La meditación sobre la humanidad y los sufrimientos de Cristo lleva al estado de paz y glorificación. Cfr. E. LONGPRE, La theologie mystique de Saint Bonaventure , en Achivum Franciscanum Historicum 14 (1921) 36-108; N. MUSCAT, o. c.} 24-25. 127. Cfr. G. I ammarrone , Il posto e la funzione di Gesù Cristo nell’ascesa dell’uomo a Dio , en Studi Francescani 85 (1988) 279-326. 128. La teología de la cruz de Buenaventura, especialmente en sus últimos escritos, ha sido estudiada en W. H ü LSBUSCH, Elemente einer Kreuzestheologie in den Spätschriften Bona- venturas, Düsseldorf 1968. 129. E. GlLSON, o . c.y 454: «El pensamiento, para Buenaventura, debe ser un instrumen­ to de salvación y nada más». 130. Para la importancia de la Escritura en la Escuela Franciscana, cfr. I. B rady , Sacred Scripture in thè early Franciscan School , en La Sacra Scriptura e i francescani, Jerusalem-Roma 1973, 65-82. 131. Cfr. F. Cha VERO BLANCO, teoría buenaventuriana de la redención. Sus presupuestos antropológicos , en Estudios Franciscanos 86 (1985) 515-575.

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