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CONTEMPLACION Y SEGUIMIENTO DE CRISTO POBRE Y CRUCIFICADO 41 es el sentido de la vida humana? ¿de dónde venimos, a dónde vamos y por qué caminamos? El Lignum vitae , basado en una metafísica del amor, en donde todo es comunicabilidad, referencia y participación a Cristo, sería una respuesta a estos interrogantes 122. Buenaventura propone la cruz como síntesis nueva y definitiva de su visión teológica123. La cristologia de Buenaventura es como un círculo cerrado cuyo centro es la cruz. Así, el seguimiento de Cristo es un proceso cíclico que gira alrededor de la cruz124. El Crucificado es el centro del camino, la puerta a la comunión con el Padre. Cristo mismo encarna el exitus-redditus creatural, en cuanto que es el primer egrediens-reddiens en su sumergirse en el tiempo y en su salir de él, en su pascua-paso al Padre, y así es el punto de partida para la verdadera historia. Este transitus pas­ cual se da en la cruz125. sabiduría, el punto más alto que el hombre puede aspirar en esta vida, en la esperanza de la visión beatífica que es lo único que puede apagar la sed radical de verdad y felicidad que siente el hombre. Así la sabiduría bonaventuriana en su sentido más pleno se identifica con la mística. Buenaventura no ha estudiado ni enseñado teología por sí misma sino como vía para ascender hacia Dios. En este doble proceso de unificación el medium reducens es Cristo. El Verbo encarnado es el centro de unidad tanto en el orden del conocimiento como de la vida». 122. Cfr. J. A. M erin o , Antropología fundamental en el pensamiento bonaventuriano, en Verdad y Vida 32 (1974) 446-468. 123. En Buenaventura el cristocentrismo es el eje de su pensamiento. Está fuera de duda que esta opción doctrinal fue para él una herencia franciscana. Pues si fue un adepto muy fiel de la teología agustiniana, se le ve de repente distanciarse de san Agustín en cuanto a su cristologia. La afirmación principal de la teología bonaventuriana sobre Cristo es que el Señor Jesús, como Verbo encarnado y como crucificado, ocupa el centro de todas las cosas, lo mismo que el Verbo eterno está en el centro de la Trinidad divina. Está en el centro del universo creado y en el centro de la obra redentora; siendo a la vez centro y mediador. El enlaza la creación con el Dios-Trinidad y reconduce al Padre, origen absoluto, los seres que el Padre ha querido y creado en su amor. Para el hombre pecador, Jesucristo es el mediador necesario del retorno a Dios y del don de la vida nueva. Esta concepción del papel de Cristo está presente en toda la obra teológica de Buenaventura, lo mismo que en sus tratados de vida espiritual. El texto más interesante es su célebre sermón sobre Ckristus unus omnium magister, meditación original y muy desarrollada sobre la palabra de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6); Cfr. L. MATHIEU, «Cristo, suficiencia de Dios». En la fuente de una línea teológica, en Selecciones de franciscanismo 40 (1985) 347-354; El cristocentrismo de Buenaventura es total: bíblico (red. 5), ontològico (Brev. 4, 1) cósmico (Brev. 4, 3ss), histórico (Brev. 4, 4ss) y gnoseològico (Hex. 1, 11). Buenaventura nos ha dejado el mejor resumen de toda su cristologia, como teoría del Verbo en Hex. 1, 14ss; C. DEL ZOTTO, o. c.} 5: «La cristologia es para Buenaventura el eje de toda su teología. Su expresión adecuada es la cruz». 124. In Le. Com.y20: «Se debe representar a Cristo como la piedra focal del corazón del cuerpo de la Iglesia, comparable a la circunferencia del círculo. Todas las líneas se unen entrecruzándose en el ángulo a él, como en su punto indivisible, en el cual convergen las líneas de la cruz unificándose al centro». 125. Para una espiritualidad del tránsito en Buenaventura, cfr. A. M enard , Spiritualité du transitus, en S. Bonaventura 1274-1974, t. IV, 607-635; W. HüLSBUSCH, Die Theologie des Transitus bei Bonaventura, en S. Bonaventura 1274-1974, t. IV, 533-565.

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