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CONTEMPLACION Y SEGUIMIENTO DE CRISTO POBRE Y CRUCIFICADO 39 ha logrado una síntesis grande de teoría y vida, de especulación sistemática y de vivencia personal112. Cuando se leen los escritos de Buenaventura, se tiene la evidencia de que quien con tanta unción escribe saborea lo que admira. Basta recordar su concepto de teólogo. Teólogo para Buenaventura es el que sabe paladear lo que enseña de Dios113. En Buenaventura la teología está orientada al amor y a la vida santa, manteniendo un armónico equilibrio entre lo racional-lógi­ co y lo afectivo-vital, entre el eros humano por saber más a fondo lo revelado y el don del Espíritu que da inteligencia sobre los misterios de Dios114. Buenaventura, busca en la vida de Cristo, un alimento a su amor más que un objeto de estudio o una definición escolástica. En sus escritos tiene como objetivo el complejo problema de la santificación del hombre, que es también el problema clave de su teología115. 3. Teología sintética, afectiva y cristocéntrica Buenaventura participa del culto de todo el medioevo por la unidad y la distribución orgánica. Es, sin duda, uno de los autores que más ansiosa­ mente han buscado y logrado la unidad entre filosofía y teología. Especial­ mente es en su cristología donde recoge toda su fuerza sintética y el Lignum vitae es uno de los ejemplos más claros de su genialidad116. «Sus osadas síntesis descubren los misterios de gloria del corazón sencillo de Jesús, del Poverello, de Dios mismo»117. La espiritualidad cristocéntrica de san Fran­ cisco y la percepción de la presencia de Dios en el universo creado, tan característica del Poverello, se conjugan con el camino de la interioridad agustiniano y la tradición mística de Dionisio para formar en Buenaventura 112. C fr. O. G o n z á le z d e C a r d e n a l, o . c ., 497. 113. ltin.y 7, 4; Sol., 4, 1; Cfr. J. SANCHÍS ALVENTOSA, Relación entre la espiritualidad de la Edad Media y la teología espiritual de san buenaventura, en Verdad y Vida 32 (1974) 529. 114. Cfr. A . VlLLALMONTE, Carisma y teología en san buenaventura, en Verdad y Vida 32 (1974) 472. 115. I Sent.} proem. q. 3: «la teología tiene el fin de la contemplación y la bondad». 116. Otro ejemplo clásico en la teología de buenaventura lo tenemos en la trilogía: Verbum increatum, incarnatum e inspiratum : Cfr. Hex. 3, 2; Itin. 4, 3; Don. col., 2, 1; Como Verbum increatum el Hijo es el ejemplar de la creación y la imagen perfecta del Padre. Como Verbum incarnatum restaura la dignidad de la humanidad caída, particularmente en la revela­ ción de sí mismo como Verbum crucifixum, del que desciende la gracia. Como Verbum inspi­ ratum, Cristo es el que Dios revela a través de su Palabra en las Escrituras, las cuales conver­ gen en la realidad de la cruz. En el Verbum crucifixum la cruz es la mediación de la gracia, que marca el proceso de la iluminación interior del peregrino amante de la sabiduría y en el cual resplandece la triple imagen que estructura el Lignum vitae : «imago creationis, recreatio- nis et glorificationis». 117. H. U. v o n B a l t h a s a r , o . c ., 19.

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