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8 LUIS RODRIGUEZ CHILAN por la injusticia, la pobreza y la marginación, la historia de la pasión de Cristo tiene que seguir revelando respuestas sobre el mismo ser de Dios y su proyecto salvífico. Un Dios que reina en un trono celeste, en una felici­ dad indiferente, resulta inaceptable. Un Dios incapaz de sufrir es un Dios incapaz de amar y, por lo tanto, más pobre que cualquier hombre. En el abandono del Hijo de Dios en la cruz por parte del mismo Dios, se concentra el interrogante cristiano acerca de Dios y del sufrimiento. Leyendo el Lignum vitae , trataremos de ver hasta qué punto la teología tradicional, en concreto Buenaventura, esquivó este interrogante. En este contexto veremos si Buenaventura tiene algo que decir partiendo de su experiencia y de su lectura de la experiencia de san Francisco. El Lignum vitae , a pesar de su popularidad, es una obra de la que sólo se han escrito breves introducciones y algún estudio muy parcial. Por eso, haremos una lectura del Lignum vitae desde la cruz como categoría central y clave interpretativa de toda la obra. Nos ayudaremos para ello del resto de la teología cristocéntrica bonaventuriana, ya que el Lignum vitae , por los temas que trata, no está aislado en la producción de Buenaventura, sino que pertenece a un diseño muy orgánico de toda su obra. Pertenece a una etapa de síntesis como el Itinerarium. No es una obra simplemente mística o devocional, sino profundamente teológica. Sus obras místicas siempre son ricas teológica y sintéticamente. Según algunos autores son la expresión más genuina de la teología de Buenaventura. El pensamiento de Buenaventura, a pesar de los siglos que lo separan de nosotros, es testigo de una cierta sensibilidad contemporánea y puede dar respuesta a muchos problemas que agitan a los hombres de hoy. No se limita a iluminarnos con sus ideas sino que «conduce suavemente de la mano», como dice el mismo Buenaventura en el prólogo al De preparatione ad missam. Pablo VI, en 1974, con motivo del VII aniversario de la muerte del Doctor Seráfico decía al Congreso bonaventuriano de Roma: «Este maestro de doctrina y de vida sigue hablando hoy, aunque haya muerto hace siete siglos. La laboriosidad de vida y la serenidad de pensamiento de Fray Buenaventura es proclamación de que Dios está cercano a nosotros por la fe». Intentaremos ver cómo la cruz y la experiencia de Cristo pobre y cruci­ ficado han marcado la teología de Buenaventura, tanto en su estilo como en su contenido. Trataremos de valorar la aportación de Buenaventura dentro de los límites de su tiempo, pero, al mismo tiempo, nos interesan aquellas intuiciones bonaventurianas que van más allá de los condiciona­ mientos históricos: sus respuestas a los problemas más profundos del alma humana y religiosa. Nos acercaremos a Buenaventura, no sólo para cons-

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