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LA NOVELISTICA ITALIANA DURANTE EL VEINTENIO FASCISTA òli Nos parece que Corrado Alvaro puede encabezar la serie de escritores opositores aunque este encasillamiento no responde al parecer de algunos estudiosos, por opinar que, tanto su obra como sus ideas políticas fueron muy heterogéneas69. En efecto, en la obra de Corrado Alvaro podrían encontrarse tendencias de la cultura oficial, del «realismo mágico» de Bon- tempelli, pero también la expresión de una crítica social en abierta oposi­ ción a las tendencias mencionadas. En política, es cierto que publicó, por medio del «Istituto nazionale fascista de Cultura», su obra Terra nuova 70 en la que se expresa con entu­ siasmo sobre el saneamiento de las tierras llevado a cabo por el fascismo. Pero no es menos cierto que fue vigilado por la censura por haber firmado el contromanifesto de Croce. Su apoyo circunstancial al fascismo no creemos que fuera más allá de una aprobación a una actividad del régimen fascista que redundaba en beneficio de todos porque no se le conocen otras intervenciones ni empeño político a favor de la dictadura. Si incluimos a Alvaro en este apartado, a pesar de que parece que no tuvo ideas políticas bien determinadas, es por considerar verdadera oposición su testimonio artístico referente a la pro­ blemática del «Mezzogiornio» italiano, tema tabú durante esos años. Su primera novela L ’uomo nel labirinto narra la alienación de un hom­ bre que abandona su región y que pierde, fuera de ella, toda su razón de vida, en la imposibilidad de adaptarse a nuevos ambientes. Los fines del protagonista no son más que éstos: «Appena avró denari io faro una bella tomba, un monumento dove faro traspor­ tare anche i miei genitori dalla loro térra. Questo é lo scopo della mia vita»71. Tanto Vent’anni como L ’uomo é forte de 1930 y 1938 respectivamente, presentan no ya el problema individual de quien se siente fuera de lugar, como en la obra anteriormente citada, sino el problema social. El ambiente de estas novelas es el de un mundo de miedo y sospechas, de complejos de culpabilidad sin motivo ni razón. Aunque el autor declara que, escribiendo esta obra, no pensó en nin­ gún Estado en particular, explicita en ella varios problemas políticos y sociales evocadores de la época fascista72. 69. J. H eistein , o. c., 103. 70. C. A lvaro , Terra nuova , Roma 1935, 56-58. 71. I d ., L ’uomo nel labirinto , Milano 1926, 85-86. 72. Id., L’uomo è forte , Milano 1938, 96-97.

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