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376 SOLEDAD ANAYA MARTINEZ En La Velia , el autor aparece fascinado por la descripción de la peque­ ña burguesía florentina. Diseña sus personajes teniendo muy en cuenta su estado interior, psíquico, así como las circunstancias que les rodean y que, más o menos, condicionan sus comportamientos. En esta novela se pueden encontrar métodos del verismo en el modo de presentar los ambientes y en las descripciones de las circunstancias que inciden, como una fatalidad, sobre los protagonistas. Además del uso de los medios veristas, Cicognani emplea otros, los de la interiorización del subsconciente, para describir los síntomas psicopáticos de sus personajes, pero existe en el autor una volun­ tad de no ceder a las corrientes literarias vanguardistas que lo mantienen ligado a la novela del «ottocento». N o v ela de abierta oposición a l fascismo La intervención en la guerra civil española, al lado del general Franco y la colaboración con el nazismo de Hitler desenmascaró al régimen fascis­ ta y su política. Las polémicas protestas de los intelectuales más jóvenes fueron sofocadas con la censura impuesta por el gobierno. De todos modos no se pudo evitar que se diera una oposición político-cultural y político- social ya que un nutrido grupo de escritores adoptaron una actitud de protesta contra la cultura oficial. Introdujeron nuevas formas y comenzó a crearse un clima intelectual, sobre todo en el terreno de la narrativa, más similar al del resto del mundo. La literatura pura dejó de ser objeto de interés común y se experimen­ taron nuevos medios en la interpretación de la realidad, según la ideología de los distintos autores. El vehículo más idóneo para estas experiencias literarias fue la novela, que adquirió tintes realistas al ser expresión más cercana de las realidades vividas, aunque no faltó el aspecto lírico nacido de la personal experiencia del autor y de su interpretación de los hechos. Y fue precisamente con la novela, un género entonces en entredicho, con la que los escritores italia­ nos intentaron salir de la opresión en la que los tenía el fascismo: comenza­ ron también a abandonar la introspección y a salir de su propia interiori­ dad que, hasta entonces, habían defendido de las contingencias políticas y a poleminar con ellas. En una palabra: la situación no fue aceptada pasiva­ mente y comenzó el esfuerzo por cambiarla, aunque el espacio para los heroísmos era muy reducido dada la vigilancia de la censura que velaba por el orden y la disciplina en todos los sectores.

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