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ANALITICA ANTROPOLOGICO-EXISTENCIAL DE LOS ESTADOS... 347 y la vida al hombre. De ahí la importancia de su estudio para una antropo­ logía filosófica. Según he tratado de mostrar, los estados de ánimo no son algo mera­ mente exterior que adviene al «ser ahí» y cesan de nuevo en tanto que el núcleo decisivo del «ser ahí» se constituye y mantiene independientemente de ellos. Antes al contrario, no nos podemos escapar a la dependencia de ellos. No hay fundamentalmente situación alguna de la vida humana que no sea, de alguna manera, en un estado de ánimo. Son, en efecto, los estados de ánimo, un elemento necesario e imprescindible del «ser ahí». Abarcan al «ser ahí» como un todo. Son inherentes al ser original del «ser ahí». Son un modo de hallarse del «ser ahí». Como señala el propio Heidegger en sendos lugares: «El estado de ánimo ha ‘abierto’ ya en cada caso el ser en el mundo»101. «El ‘ser ahí’ es ya siempre en un estado de ánimo»102. Ese carácter de acompañamiento permanente del «ser ahí», que es peculiar a los estados de ánimo, hace, entonces, que el modo, por ejemplo, cómo yo me vuelvo a un objeto, o cómo el objeto me aparece, esté, como indicaba ha poco, condicionado por el estado de ánimo en que me encuen­ tro. Así, sólo en el estado de ánimo del temor, o de la angustia, puede hacerme frente lo amenazador; y sólo en un estado de ánimo alegre me hacen frente las vivencias de felicidad. Por ello es tan difícil consolar a alguien que está seriamente apesadumbrado. En tal estado de ánimo, ese tal no está capacitado para los pensamientos, emociones y tareas con las que quisiera evadirse de tal situación. Es, en cierto modo, «ciego» para los aspectos joviales de la realidad. 2.a Una segunda conclusión tiene carácter más concreto. Se deriva de la anterior, aunque explicitando más lo siguiente: El estado de ánimo no conoce. El estado de ánimo es «estado de abierto». Hace patente. Muestra fenoménicamente al «ser ahí». Si en la antropología filosófica el problema de la relación sujeto-objeto ha constituido, desde siempre, un capítulo fundamental de la misma, la gran significación antropológico-filosófica de los estados de ánimo está, pues, precisamente en que se muestran detrás de la separación de sujeto- objeto —que a la conciencia teórica le parece tan evidente— en la perspec­ tiva de una unidad originaria de ambos. Hacen, los estados de ánimo, patente un trasfondo que no es manifiesto en una toma de postura teórica, y que no se puede descubrir en tanto se proceda a partir de tal postura. 101. Cfr. Sein und Zeity 134 (trad, esp., 151). 102. Cfr. Sein und Zeit , 137 (trad, esp., 154).

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