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338 JOSE LUIS RODRIGUEZ MOLINERO Este «no es nada» «ni en parte alguna» puede expresarse también de otra manera, teniendo en cuenta la interpretación del «ser ahí» y el habla cotidianos. Por cuanto en el modo de hallarse se pone de relieve cómo se habla, cómo se siente, cómo le va a uno, podemos decir, entonces, que, de acuer­ do con la interpretación del «ser ahí» y del habla cotidianos, en la angustia se manifiesta que a uno le va inhóspitamente (unheimlich). Este carácter de inhospitalidad (Unheimlichkeit) del «ser ahí» tiene un sentido ontológico-existenciario que revela un «no-estar-en-casa» (Nicht- zuhause-sein) como fenómeno original del «ser ahí». Y este modo de hallarse como «no-en-su-casa» provoca el desvío o fuga del «ser ahí» cotidiano tendente a encontrar la aquietada seguridad, la fami­ liaridad, el «en-su-casa», en la cotidiana notoriedad del uno y en el cadente absorberse en el mundo. Textualmente refiere el propio Heidegger. «La cadente fuga al ‘en su casa’ de la notoriedad (in das Zuhause der Öffentlich­ keit) es fuga ante el ‘no en su casa’»; (es) «la inhospitalidad que hay en el ‘ser ahí’ en cuanto ‘ser en el mundo’ fáctico, entregado en su ser a la responsabilidad en sí mismo»73. Esa inhospitalidad, ese «no-en-su-casa» pende siempre sobre el «ser ahí» como una amenaza. Le sigue y persigue en todo momento, y en cual­ quier estado o situación en que se encuentre el «ser ahí» cotidiano. Incluso en las situaciones en las que éste parece gozar de mayor seguridad o tran­ quilidad, por ejemplo cuando la notoriedad del uno «eche por tierra todo lo no familiar»74. La angustia, como estado de ánimo, saca al «ser ahí» de nuevo de su cadente absorberse en elmundo; quebranta hasta lo más íntimo la familiaridad y seguridad del «ser ahí»cotidiano75. En conclusión: A la esencial estructura del «ser ahí» como ser en el mundo es inherente el estado de ánimo de la angustia como modo de hallarse fundamental que manifiesta que la inhospitalidad (die Unheimlich­ keit), el «no-en-su-casa», del «ser ahí» «es el fenómeno más original desde el punto de vista ontológico-existenciario»76, y no la familiaridad y el aquietamiento del «ser ahí» cotidiano, o el atemorizarse ante los entes ultramundanos, que, más que la angustia propiamente tal o la angustia propia , constituye «la angustia caída en el mundo, la angustia en sentido impropio , la angustia oculta como angustia para sí misma»77. 73. Cfr. Sein und Zeit , 189 (trad. esp., 209). 74. Cfr. Sein und Zeit , 192 (trad. esp., 213). 75. Cfr. Sein und Zeit, loc. u. dt. 76. Cfr. Sein und Zeit , 189 (trad. esp., 210). 77. Cfr. Sein und Zeit loc. u. cit.

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