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ANALITICA ANTROPOLOGICO-EXISTENCIAL DE LOS ESTADOS... 331 de la misma, es «el predominio de la forma cotidiana de ser en la caída y en la notoriedad» (Vorherrschaft des Verfallens und der Öffentlichkeit)55. El hecho de que, históricamente hablando, haya habido, además, una «general omisión de la analítica existenciaria del ‘ser ahí’», ha operado también en pro de esa situación de extrañeza que parece implicar la exége- sis ontològica del estado de ánimo de la angustia. Las interpretaciones históricas de este problema no han puesto de relieve que, si existe lo que hemos calificado como motivación o suscitación fisiológica de la angustia (por ejemplo por una dolencia incurable), eso «sólo es posible porque el ‘ser ahí’ se angustia en el fondo de su ser » 56. La omisión del sentido ontologico de la angustia está presente, entre otros, por ejemplo, en san Agustín, en Lutero, o en el mismo Kierkegaard, quien en El concepto de angustia pretende, en un contexto teológico, dar una explicación psicológica del fenómeno de la angustia, no teniendo, por tanto, en cuenta que ésta «determina ya siempre, de una manera latente, el ser en el mundo»; es decir, no teniendo presente que «a la esencial estruc­ tura del (ser ah ? que es ser en el mundo —estructura que, como existencia­ ria, no es nunca ‘ante los ojos’, sino que es siempre en un modo del ‘ser ahí’ fáctico, o en un modo de hallarse— es inherente la angustia como modo de hallarse fundamental»57. Por ser un modo fundamental de hallarse del ser en el mundo, el estado de ánimo de la angustia es, entonces, «lo que debe ‘abrir’ al ‘ser ahí’ mismo en cuanto ente»58. Pero, hay todavía más. Si, como veremos luego, para Heidegger el estado de ánimo de la angustia implica o, mejor dicho, es un señalado (ausgezeichnete) estado de abierto, parece necesario, entonces, de todo punto, indagar acerca de su sentido ontológico-existenciario preguntándo­ nos, con el propio Heidegger: «¿Puede el fenómeno de la angustia, y lo abierto en él, dar fenoménicamente el todo del ‘ser ahí’ con igual originalidad, de tal manera que la mirada inquisidora dirigida a la totalidad quede satisfecha con estos d ato s?»59. 55. Cfr. Sein und Zeit, loc. u. cit. 56. Cfr. Sein und Zeit, loc. u. cit. 57. Cfr. Sein und Zeit , 189 (trad, esp., 209-210). 58. Cfr. Sein und Zeit , 184 (trad, esp., 204). 59. Cfr. Sein und Zeit , 191 (trad, esp., 214).

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