PS_NyG_1991v038n003p0265_0308

268 DIONISIO CASTILLO CABALLERO La descripción de las casas de Argos y de las costumbres de sus habi­ tantes simboliza perfectamente la situación lamentable de la ciudad y de sus gentes, a la vez que la negativa de respuestas: «¿Qué esperáis? ¿Que os respondan? Mirad un poco esas casas y de­ cidme qué parecen. ¿Dónde están las ventanas? Las abren a patios bien cerrados y bien sombríos, me lo imagino, y vuelven el trasero a la calle...» (p. 10 [82]). Tras preguntar a El Idiota , que manifiesta con su asombro su propia imbecilidad, Júpiter , que anda entre los hombres con aspecto humano, se les presenta ante ellos como Demetrio , procedente de Atenas y les explica los motivos de la situación de la ciudad, poniéndoles al corriente de todo lo ocurrido: La ciudad vive un momento especial: Celebra la fiesta de los muertos , bajo el signo de las moscas. Todo un símbolo de culpabilidad y castigo (pp. 12-14 [87-90]). Se encuentra bajo el arrepentimiento y el temor: todo huele a arrepen­ timiento de la ciudad con la consiguiente expiación por los pecados públi­ cos de sus reyes y el castigo divino, simbolizado en las moscas, pegadizas, chupadoras, molestas... (cfr. pp. 11-14 [86-90]). Sintetiza la historia reciente de Argos: la voluptuosidad del pueblo, el asesinato de Agamenón , el arrepentimiento colectivo posterior, magnífica­ mente expresado en La Vieja que entra en escena, dirigiéndose a Júpiter y en la respuesta rápida de éste: «Ah, me arrepiento, Señor, si supierais cómo me arrepiento, y mi hija también se arrepiente, y mi yerno sacrifica una vaca todos los años, y a mi nieto, que anda por los siete años, lo hemos educado en el arrepentimiento; es juicioso como una imagen, todo rubio y penetrado por el sentimiento de su pecado original». —«Está bien —responde Júpiter —, vieja basura, y trata de reventar en el arre­ pentimiento. Es tu única salvación... O mucho me equivoco, señores míos, o es ésta, piedad de la buena, a la antigua, sólidamente asentada en el terror» (pp. 13-14 [89]). Esta situación particular de arrepentimiento y de temor explica cumpli­ damente el consejo de Júpiter a Orestes , para que abandone la ciudad a su suerte, teniendo en cuenta su condición humana... Júpiter , reconociendo su poder sobre las moscas, continúa el diálogo con su singular interlocutor que, ante la pregunta de aquél sobre su origen, se presenta como Filebo de Corinto , que viaja con un esclavo preceptor para instruirle (cfr. pp. 14-15 [91-92]).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz