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HEIDEGGER EN LA FILOSOFIA ESPAÑOLA 185 explica que, cuando Zubiri busca referencias para exponer su metafísica, Husserl merece un tratamiento explícito84 que no se le da a Heidegger, aunque luego este sea traído como referencia muchas veces y precisamente para problemas concretos85. Al final, la crítica de Zubiri puede sintetizarse rápidamente en la nega ción de toda primacía a la cuestión del ser y, por tanto, también a su pregunta. Si quisiéramos resumirla en una sola frase, diríamos con Zubiri que Heidegger, «bien que en forma propia (que nunca llegó a conceptuar ni a definir), ha llevado a cabo la sustantivación del ser»86. He querido transcribir íntegra la frase porque expresa algunas restricciones que mati zan su rotundidad. Puede pensarse, por ejemplo, que Zubiri se distancia de los oscuros caminos posteriores a la Kehre, incluso rehabilitando contra ello el rigor de Husserl, y quizá algo de esto hay. Pero puede pensarse que Zubiri es excesivamente sumario y que en realidad está «entificando» el ser de Heidegger, lo cual haría su crítica desmesurada87. Puede pensarse que, si «sustantivación» significase convertir el ser en una «sustantividad» tal como esta es conceptuada en la metafísica de Zubiri, la crítica es, ade más de injusta, propia de un intérprete inepto. Pero quizá se trata de otra cosa: usar como sustantivo suficiente algo que no es ni primario ni suficien te en sí mismo, cuando su régimen correcto exige una frase compuesta como ser de la realidad (genitivo subjetivo) o, más radicalmente aún, un régimen verbal en gerundio como estar siendo 88. Si fuese esto último, la metafísica de Zubiri tendría como finalidad romper incluso el marco en el cual los griegos —por razones muy complejas para ser expuestas aquí— encerraron la filosofía en una actitud que, asumiendo a los griegos como capacitación filosófica, no nos encierra en su horizonte sin por ello dejar de hacer rigurosa filosofía. Tal es, en mi opinión, el núcleo del largo e ininterrumpido debate de Zubiri con la filosofía de Heidegger. Este debate fue una de las líneas básicas de la meditación de Zubiri y no es fácil imaginar qué derroteros hubiese tomado esa filosofía sin esa presencia ni siquiera imaginar algún 85. Esto mismo explica el hecho de que, al exponer por las misma fechas algunas ideas básicas de la filosofía, Heidegger aparezca (con Dilthey) como un apéndice del tratamiento concedido a Husserl; cf. X. ZUBIRI, Cinco lecciones de filosofía (Madrid, Alianza 1980), pp. 261-271. 86. NHD, 16. 87. Creo que así podría entenderse la observación crítica de J. J. GARRIDO ZARAGOZA, Fundamentos noéticos de la metafísica de Zubiri (Valencia 1984), p. 91. 88. La expresión «estar siendo» es típica de la filosofía madura de Zubiri, quien la utiliza precisamente en medio de una discusión crítica con Heidegger en Sobre la esencia, cit., p. 445.
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