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182 ANTONIO PINTOR RAMOS Tal idea de filosofía no exige una realización unívoca y, para ello, Zubiri expone dentro del mismo marco fenomenológico las tres filosofías distintas elaboradas por Husserl, Scheler y Heidegger70. La fenomenología restituye una idea de filosofía para la cual esta resulta constante búsqueda de sí misma, en la que la fuerza de los problemas domina y guía el camino de cada filósofo: «No es la filosofía obra del filósofo, sino el filósofo obra de la filosofía»71. Esa fuerza de los problemas exige para la fenomenología un crecimiento desde dentro; fenomenología, que queda estilizada en ese tra­ bajo hasta identificarla con toda auténtica filosofía, y Zubiri parece cobijar­ se entonces sin ninguna reserva bajo su sombra. Lo único que sucede es que la fuerza de los problemas exige ampliar la reflexión hasta los compo­ nentes que definen todo auténtico saber y, a continuación, intentar articu­ larlos sistemáticamente; esto propicia en el estudio esa larga digresión que luego se autonomizará como «¿Qué es saber?». Es aquí donde se insiste con rigor en la omisión de la sensibilidad, como componente fundamental del saber, pues a los sentidos corresponde la primaria patencia de la reali­ dad: «El sentir, en cuando sentir, es realidad real»72, es decir, pertenece al orden de la verdad del cual ha sido gratuitamente expulsado en las líneas dominantes del pensamiento ya desde Parménides y Platón. Ello no signifi­ ca que Zubiri propugne ahora un sensualismo —ni siquiera el peculiar «sensismo» 73 de su postura madura—, sino que se exige enraizar el logos en el contacto inmediato con la realidad: «El logos es, pues, fundamental­ mente una voz que dicta lo que hay que decir » 74; por ello, se denuncia el dislocamiento de sentir e inteligencia (mens en este escrito) propugnando una mutua «compenetración» de ambos, que evite los riesgos de quedarnos en puras impresiones o en ideas vacías: «Frente al ideísmo sin realidad, un reísmo sin idea»75. Absolutizar el problema del saber en el logos es ignorar 70. La razón de esto es que originariamente este escrito fue pensado como prólogo a un volumen que debía reunir importantes textos de la línea fenomenológica sobre el problema de la filosofía; tales textos serían La filosofía como ciencia estricta, de HUSSERL; La esencia de la filosofía y la condición moral del conocer filosófico, de SCHELER; ¿Qué es metafísica?, de HEIDEGGER; y La esencia de la filosofía, de DlLTHEY (Si mi memoria no falla, los datos aportados a este respecto por D. Gracia, Ob. cit., p. 85, son ligeramente inexactos). El proyec­ to fue abandonado al surgir problemas con los derechos de autor de alguno de los textos previstos, parece que en concreto el de Dilthey. 71. NHD, 156. 72. NHD, 75. 73. En X . Z ubiri , Inteligencia y razón (Madrid, Alianza 1983), p. 89, el autor reclama de modo sorprendente para su filosofía el carácter de «sensismo», oponiendo este término al sentido habitual de «sensualismo». 74. NHD, 78. 75. NHD, 86.

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