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180 ANTONIO PINTOR RAMOS Zubiri insinuó más de una vez que esa fórmula platónica estaba remi­ tiendo en su intención a la «realidad» como experiencia más originaria que la ontologica. Ciertamente el estudioso no puede discutir intenciones, pero sí poner de relieve que, en el caso de que así fuese, el lector difícilmente podía adivinarlo. Es sabido que ese epékeina tes ousías es aplicado por Platón a la idea de Bien64 y, aunque quizá nadie pensaba aquí en una equivalencia literal, era lógico pensar dentro de la línea del platonismo cristiano que se trataba de una referencia a Dios; en efecto, el lector de ese mismo volumen se encontraba en otro lugar con la afirmación, apoyada en el maestro Eckhardt, de que «Dios está allende el ser»65. Por lo demás, si Zubiri quería insinuar la originalidad de la realidad, la expresión no es muy afortunada y más bien hay que decir que la metáfora espacial «más allá» debería haber sido substituida por la de «más acá». Lo que sí debe reconocerse es que la negación de la ultimidad de la pregunta por el ser es difícilmente compatible con Heidegger quien, por lo demás, inspira la es­ tructura de ese escrito. Es muy verosímil que el reconocimiento de esas lagunas fuese la base de la conversación insólitamente larga y presumible­ mente polémica entre Zubiri y Heidegger cuando el primero se despidió del filósofo después de sus estudios en Friburgo66. Pero es muy poco vero­ símil que eso significase un definitivo desplazamiento de la filosofía hacia la metafísica de la realidad. En efecto, aunque se acepte que lo allí mentado es la «realidad», ello no cambia necesariamente la inspiración básica de esta etapa ni aclara el «indiscermiento» entre metafísica y ontologia. Es cierto que en múltiples lugares de Naturaleza, Historia, Dios aparece «la realidad» como denomi­ nación de algo primario e incluso como una grave omisión del pensamiento filosófico; otra cuestión es que se sepa que eso primario es también «pri­ mordial» y, sobre todo, que se replanteen todos los problemas en conse­ cuencia. Un término tan amplio en español vulgar como «realidad» por sí mismo no significa mucho y un análisis de sus contextos revela que en esa obra el término se utiliza de un modo muy poco preciso abarcando todo aquello que se opone a la prioridad del camino de las ideas, lo que enton­ ces Zubiri denominaba «ideismo»67. Sintetizando el problema, podríamos decir, que desde la plataforma dominada por la inspiración ontològica, 64. Rep. 509 b. 65. NHD, 441. 66. El episodio, que termina con la queja de Heidegger: «¿Por qué, Herr Kollegue, no ha hablado usted antes?», está relatado desde informaciones de primera mano por C. CASTRO, Xavier Zubiri, cit., pp. 50-51. 67. NHD, 86.

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