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172 ANTONIO PINTOR RAMOS supuestos logicistas; Heidegger ponía de relieve de múltiples maneras que con ello se pasaba por alto y se ocultaba algo más originario y algo muy rico, que el plano reducido y estrechador de la conciencia violentaba incial- mente lo dado por una cadena de prejuicos antimetafísicos que Husserl había heredado inconcientemente de su educación y tradición inmediata. Este cambio, que en realidad es un salto, lo reconoce Zubiri en todo su alcance muchos años después: «Para la fenomenología, las cosas eran el correlato objetivo e ideal de la conciencia. Pero esto, aunque oscuramente, siempre me pareció insuficiente. Las cosas no son meras objetividades, sino cosas dotadas de una propia estructura entitativa. A esta investigación sobre las cosas, y no sólo sobre las objetividades de la conciencia, se llamó indiscernidamente ontología o metafísica. Así la llamaba el propio Heideg ger en Sein und Zeit. En esta etapa de mi reflexión filosófica la concreta inspiración fue ontología o metafísica»45. Este reconocimiento nítido, sin embargo, debe ser debidamente analizado pues, si es cierto que se trata de un salto, también lo es que no se trata de un salto en el vacío, sino que se apoya en una estructura diferenciable. La conciencia temprana de una «bancarrota» de la modernidad46 abre lo que Zubiri llama un «horizonte» nuevo, que no está caracterizado por unas tesis concretas, sino por una nueva actitud básica ante la realidad. Ese horizonte común se concreta, a su vez, en varias «ideas de filosofía» que, ante todo, significan un diferenciable programa de investigación. Zu biri siempre concedió a Husserl la paternidad respecto a esta nueva idea de filosofía capaz de dar respuesta a los problemas en debate: «La fenome nología fue el movimiento más importante que abrió un campo propio al filosofar como tal. Fue una filosofía de las cosas y no sólo una teoría del conocimiento»47. Esa idea de filosofía, a su vez, es susceptible de ser reali zada en filosofías concretas distintas; pues bien, Heidegger no significa más que otra filosofía concreta —por importante que esta resulte—dentro de la idea general de filosofía inaugurada pr Husserl y su función de estí mulo decisivo en Zubiri viene dado por el hecho de haber revelado la insuficiencia de la filosofía concreta de Husserl para realizar satisfactoria mente la idea de filosofía que él mismo había inaugurado; Zubiri siempre reconoció a Husserl ese lugar insubstituible, lo cual explica que en todas sus exposiciones Heidegger aparezca subordinado a él y también las actitu des mucho más ambivalentes respecto a Heidegger. 45. NHD, 14. 46. «Tal teoría (la del ‘subjetivismo moderno’) se halla hoy en completa y difinitiva bancarrota»: X. ZUBIRI, Ensayo de una teoría fenomenológica del juicio, cit., p. 16. 47. NHD, 13.
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