PS_NyG_1991v038n001p0153_0187

HEIDEGGER EN LA FILOSOFIA ESPAÑOLA 163 tenía; para ello, los análisis culturalistas o antropológicos no van a resultar suficientes a menos que se logre enraizarlos en una sólida estructura onto­ lògica, coas que hasta entonces los análisis de Ortega no tenían o, cuando menos, no tenían más que virtualmente. Por otra parte, el carácter radical y hasta provocativo de los planteamientos de Heidegger obligaban a tomar opciones mucho más rigurosas y parecían condenar al ostracismo timoratos intentos de sus contemporáneos. Actualmente una gran cantidad de estu­ diosos coinciden en ver en torno a esas fechas (1929-1930) el paso a la madurez definitiva de Ortega como filósofo, lo cual no significa renunciar a las fórmulas anteriores, sino darles una nueva radicalidad. Esta madurez se inicia al final de ¿Qué es filosofía? justamente por el desafío de Heideg­ ger, pero el texto depende aún básicamente del período antropológico anterior, por lo que creo acertada la conclusión de N. R. Orringer al verlo como «una obra de transición entre una orientación antropológica y otra que, sin abandonar esta, se mueve en un sentido ontologico»22. Los lugares básicos de la presencia de Heidegger ha sido suficiente­ mente analizados ya por la investigación: el concepto de «mundo», la vida como «futurización», etc. Ahora bien, el texto actual añade —justamente antes de la entrada que deja constancia de Heidegger— un texto entre paréntesis, verosímilmente de adición posterior a la conferencia pronuncia­ da el 14 de mayo de 1929 en el teatro Infanta Beatriz. Pero vale la pena recordarlo aquí porque será un tema reiterativo en las reservas de Ortega hacia Heidegger: «Estas palabras vulgares encontrarse, mundo, ocuparse, son ahora palabras técnicas en esta nueva filosofía. Podría hablarse larga­ mente de cada una de ellas, pero me limitaré a advertir que esta definición ‘vivir es encontrarse en un mundo’, como todas las principales ideas de esta conferencia, están ya en mi obra publicada. Me importa advertirlo, sobre todo, acerca de la idea de la existencia, para la cual reclamo la prioridad cronológica. Por eso mismo me complazco en reconocer que en el análisis de la vida quien ha llegado más adentro es el nuevo filósofo alemán Martín Heidegger»23. Esta reclamación la reiterará luego Ortega, tan sólo cambiando el término «existencia» por el término «vida». Esto, sin embargo, va a exigir algunas precisiones. La fórmula entrecomillada podría pasar incluso por una paráfrasis del Dasein heideggeriano, pero sólo tal como Ortega lo entendía y aquí estará el punto clave. Las reclamadas «prioridades cronológicas» han hecho correr excesiva tinta y también ahora pueden aquilatarse más las cosas. En esa reclama- 22. Id., p. 138. 23. ¿Qué es filosofía?, en ]. Ortega y Gasset, Obras completas, t. VII, 3 ed. (Madrid, Rev. de Occidente 1967), pp. 415-416.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz