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126 JUAN MANUEL NAVARRO CORDON Se impone, pues, la forzosidad de preguntar ¿qué debe ser la técnica? Pregunta que interroga no como si hubiese o se buscase un ideal (Ideal) de la técnica; antes al contrario, se pregunta «qué pasa con la técnica dentro de la necesidad (Notwendigkeit) de superar (überwinden) el abandono del ser (Seinsverlassenheit); esto es, ponerla desde el fondo a decisión (von Grund aus zur Entscheidung stellen). ¿Es la técnica el camino hacia el final (zum Ende), hacia la recaída del último hombre en el animal tecnificado... o puede, tomada previamente como salvaguarda (Bergung), ser ensamblada en la fundación del Da-sein (in die Da-seinsgründung)? (152, 275). Superar (überwinden) la técnica en cuanto Seinsverlassenheit es tanto como aceptarla en lo que es y liberar su esencia. En la técnica, y originariamente desde su esencia, alienta la libertad. Lo que posteriormente escribirá Heidegger, guía ya los Beiträge: «preguntamos por la técnica y quisiéramos con ello preparar una libre relación con ella. Libre es la relación si abre nuestro Dasein a la esencia de la técnica. Si correspondemos a esta esencia, entonces podemos experienciar lo técnico en su delimitación (Begrenzung)21 , frente al «no co­ nocer límite alguno» propio de la maquinación y la vivencia (66, 131). En el doble rostro de la técnica espejea el rostro doble de la libertad, su doblez misma. Y la cuestión que aguijonea el filosofar viene a rezar así: «en qué medida el hombre de esta época nuestra no sólo está sometido (unterworfen) a la técnica, sino en qué medida necesita corresponder a la esencia de la técnica, en qué medida en esa correspondencia se anuncian posibilidades más originarias de un ser ahí libre del hombre»28. La llamada de la libertad resuena así en la trama de la técnica, para liberarlo hacia lo libre (ins Freie) de sus posibilidades esenciales29. Es nuestro tiempo, pues, un tiempo de «decisiones esenciales», y de lo que se trata, antes que nada, es de «si por lo que a nosotros mismos respecta (bei uns selbst) somos capaces de una decisión o no»30. Naturalmente, se trata de una decisión esencial sobre nosotros mismos», sobre, y en relación a, nuestro más pro­ pio sí mismo. La Filosofía, entonces, no puede dejar de preguntarse «quié­ nes somos nosotros» ni dejar de ser «Selbstbesinnung»: pregunta y medita­ ción sobre la ipseidad (Selbstheit) (19, 48 y 52). «Decisiones esenciales», «historia» y «acaecer», en fin, «libertad», vie­ nen a engastarse y tienen su quicio en el inicio (Anfang). Y la Filosofía ¿qué puede ser sino (pesar inicial)? «Entendemos por inicio, escribe Hei­ degger, las decisiones esenciales que portan e importan de antemano lo 27. Die Technik... I. c., p. 9. 28. Der Satz vom Grund, Neske, Pfullingen, 1978, p. 41. 29. O. c., p. 158. 30. Grundbegriffe, e. c., p. 14.

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