PS_NyG_1991v038n001p0091_0118

98 MODESTO BERCIANO VILLALIBRE El acaecer del evento es explicado por Heidegger de forma más com­ pleta mediante el conocido esquema de los cuatro elementos, que aparece por primera vez en los Beiträge zur Philosophie, y que permanecerá en adelante con algunas variantes. En el evento están presentes cuatro elementos: tierra, mundo, hombre y dioses:30. / \ Mensch I <J E t) I Götter (Da) ' Erde ' En el esquema hay una dirección vertical en la que están presentes los conceptos de mundo y de tierra, que desde El origen de la obra de arte vienen significando lo abierto y lo cerrado, la desocultación y la ocultación unidas entre sí, fundándose mutuamente y en una lucha en la que ambas se ponen de relieve. Estas características de mundo y tierra aparecen tam­ bién en los Beiträge*1. En otras palabras, mundo y tierra vienen a indicar aquí la apertura y simultánea ocultación de que hemos hablado antes. Hei­ degger relaciona expresamente estos conceptos: «El paraje del instante se hace presente a partir de éste (del evento) como la lucha de tierra y mundo. La disputa de la lucha es el Da-sein»32. Los conceptos de paraje-instante y Dasein indican claramente que se trata de la apertura originaria del evento. De esta manera retorna el tema de la apertura (Da-sein), que habría que intentar aclarar más en este contexto. Ya hemos visto antes, que el hacerse presente del ser «apropia» o cons­ tituye en lo suyo al Da-sein. En éste, comoapertura originaria, se da todo proyecto de la verdad del ser. Aún más, este proyecto es del Da-sein. Pero Heidegger afirma que este Da-sein es, a su vez, lanzado por el ser. «El mismo que lanza el proyecto, el Da-sein, es lanzado, acaecido (ereignet) mediante el ser (durch das Seyn)}}. Heidegger insiste en que no se entiende el ser como algo por sí mismo. Pero ¿no sugiere el mismo Heidegger algo así? Precisamente esto se quisiera evitar al hablar de ser como evento. Pero no resulta claro cómo se puede identificar el evento, como acaecer, con el acaecer de la apertura o Da-sein, considerar luego esta apertura 30. M. H e id e g g e r, ibid., p. 310. 31. Cf. M. H e id e g g e r, ibid., p. 410. 32. M. H e id e g g e r, ibid., p. 30. 33. M. H e id e g g e r, ibid., p. 304.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz