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116 MODESTO BERCIANO VILLALIBRE evidente. El Da-sein y el hombre, cada cual en su caso, son fundamento y fundado. Eso quiere decir que el hacerse presente del ser no se da sin la apertura; y por otra parte, la apertura no es real ni concreta sin el hombre. De ahí que, en definitiva, sentido del ser, consideración del ente en su ser, problema del fundamento etc., se den en el hombre. Pero por otra parte, el hombre es dentro de una apertura que lo envuelve y se le impone. Y así, parece remitirse también la apertura al ser, como si más allá del hacerse presente el ser, o del ser como evento, se pudiera pensar aún en una especie de ser en sí. Este, por otra parte, no cabe ya ni en la idea de ser como evento, ni en este contexto de la filosofía heideggeriana. Pero por ahora las afirmaciones tienen aún una cierta ambigüedad. En Identität und Differenz se consideran ser y hombre en el evento y desde el evento. Además, ser y hombre se copertenecen, de tal manera que ninguno de ellos se da sin el otro: Ser hombre no es un «en sí», sino que implica un estar abierto al ser; y ser implica a su vez una apertura que, en realidad, se da en el hombre. Entre ambos se da una identidad, un coper- tenecerse, y ambos son constituidos como tales en lo suyo propio, como co-perteneciéndose, en el evento. Este es el concepto fundamental. Más allá del evento no hay ninguna otra cosa a la cual pueda conducirnos éste. El ser se deja pensar desde el evento. Con esto se profundiza también en los conceptos de Ser y tiempo: pre-comprensión del ser, sentido del ser por parte del Dasein, hermenéuti­ ca etc. La pre-comprensión no parte ya del hombre como ser-en-el-mundo, sino del hombre como ser en el evento; ni se da como compresión de un ser en el cual es el hombre, sino como precomprensión de un ser que co-pertenece con el hombre al evento. El sentido del ser es el ser en el evento y como co-perteneciente a él con el hombre. Este sentido y esta precomprensión son del todo radicales, ya que el evento es el concepto último. Así también el concepto de hermenéutica recibe una interpretación nueva. El hombre sigue siendo el lugar de la comprensión y el que de algún modo debiera hacerla temática. Pero todo desde la perspectiva del evento y de la copertenencia de hombre y ser. Por otra parte Heidegger nos pone en guardia para que no entendamos la relación entre hombre y ser como una relación de fundamento o de mediación, sea sin dialéctica o con ella. Finalmente, a partir del evento se da una respuesta más fundamental al problema constante de la filosofía heideggeriana: El problema de ser y tiempo. En el acaecer del evento son dados ser y tiempo juntamente. En el evento se envía ser, hay ser; se proporciona tiempo y hay tiempo. La aper­ tura o hacerse presente del ser es un acaecer, es temporal. No hay ser sino

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