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108 MODESTO BERCIANO VILLALIBRE dones que les ha dado la metafísica»62. También se da en el evento la identidad de ser y pensar, de la cual hablamos al principio. «Ser y pensar pertenecen a una identidad, cuya esencia procede de aquel hacer petenecer juntamente, que nosotros denominamos el evento. La esencia de la identi­ dad es propiedad (Eigentum) del evento»63. Seguramente el paso más importante que se da en esta reflexión de Heidegger sobre el evento consiste en desplazar el acento de carácter fun­ damental hacia él. En Beiträge zur Philosophie y en los escritos posteriores el evento era del ser, o se hablaba del ser como evento. Aquí el concepto fundamental es el de evento; los de ser y hombre se dan en él. Pero tam­ bién aquí el evento se presenta como interrelación, como acaecer y apro­ piar de ser y de hombre. Además de la relación del evento con el ser y con el hombre, se profun­ diza en la relación entre ser y hombre. No se da el uno sin el otro. El ser se hace presente proque hay apertura en el hombre; y el hombre sólo es hombre como abierto al ser. Según esto, tampoco se puede decir que el uno sea fundamento del otro. Ambos acaecen en el evento. Este carácter primordial del evento se va a mantener en escritos poste­ riores. Uno de estos escritos es Der Weg zur Sprache. Heidegger hace en él una reflexión sobre el lenguaje. El lenguaje es el decir (Sagen). Heidegger le llama al lenguaje en su totalidad die Sage. En el lenguaje corriente Sage es leyenda, mito, fábula... Pero aquí tiene un significado complejo que no se deja traducir por una palabra o una expresión. En su uso más antiguo, Sage tiene relación con el decir en el sentido de indicar (Sagen als Zeigen), con Sagan, que significa mostrar, hacer aparecer y ver64. De ahí el lenguaje o Sage pasa a significar el mostrarse o el acaecer de la verdad en general como desocultación. «La Sage está actuando y ensambla lo libre de la iluminación, que debe buscar todo mostrarse y debe abandonar todo ocul­ tarse, adonde todo estar presente y todo estar ausente tiene que entrar a mostrarse y a ser dicho»65. En definitiva, se trata aquí de la apertura origi­ naria, que es una apertura «hablante». Lo que es desocultado, es dicho. Como se da una apertura originaria, o Da-sein, se da también un hablar originario, o Sage. El hombre era antes aquel en quien se daba la apertura real. Ahora es también aquel en quien se da el lenguaje real66. 62. M. H eid eg g er , ibid., p. 26. 63. M. H eid egger , ibid., p. 27. 64. Cf. M. H eid egger , Der Weg zur Sprache, pp. 252-253. 65. M. H eidegger , ibid., p. 257. 66. Cf. M. H e id e g g e r, ibid., pp. 255-256.

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