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EL EVENTO (EREIGNIS) COMO CONCEPTO FUNDAMENTAL.. 103 animar su vivir cotidiano en sociedad. Si el vino es usado en el sacrificio, es ofrecido a los dioses. En el líquido se unen dioses y mortales. El jarro reúne en torno a sí cielo y tierra, dioses y mortales. Y los une porque él mismo está, o es, en las coordinadas de estos cuatro45. Una reflexión semejante hace Heidegger sobre un poema de Trakl en el que se enumeran cosas o hechos: «La caída de la nieve lleva a los hom­ bres bajo el cielo... El toque vespertino de la campana los conduce como mortales ante los dioses. La casa y la mesa ligan los mortales a la tierra. Las cosas mencionadas reúnen, llaman a sí cielo y tierra, mortales y dioses»46. La relación entre ente y ser, o la afirmación según la cual el ente está en el ser, es ahora relación ente-mundo, o ente-evento, ya que estos cuatro elementos corresponden a lo que antes hemos considerado como el evento, aunque uno de ellos ha sido sustituido. Lo abierto no es ahora el mundo, sino el cielo. El mundo es ahora la totalidad o la unidad de los cuatro, interrelacionados entre sí y reflejándose mutuamente. El mundo es el even­ to, Heidegger no habla aquí expresamente de evento. Pero sí dice que el mantener presentes a los cuatro acaece (ereignet ) 47. El carácter de evento del mundo aparece no sólo en el hecho de que se compone de los cuatro elementos que lo forman, sino sobre todo en su acaecer. El mundo no es un objeto, sino que es un acaecer. «El mundo se hace presente en cuanto que mundea. Esto quiere decir: El mundear del mundo no se puede explicar ni fundamentar a partir de otro... Lo inexpli­ cable e infundamentable del mundear del mundo no se puede explicar ni fundamentar a partir de otro... Lo inexplicable e infundamentable del mundear del mundo consiste en que algo así como causas y fundamentos son inadecuados para el mundear del mundo. Cuando el conocer humano intenta aquí dar una explicación, no sobrepasa la esencia del mundo, sino que cae bajo la esencia del mundo»48. Carácter de acaecer, imposiblidad de fundamentación, dado que todo intento de esta naturaleza se da ya dentro de la apertura y del evento. Por otra parte, este mundear o acaecer del mundo vuelve a aparecer como una interrelación de los cuatro elementos. Cada uno de ellos tiene relación con los demás y nos lleva a los demás, como implicados en él. El mundo no es un algo en sí, sino una interrelación. Todo ente en cuanto tal ha de ser visto en estas coordinadas. 45. Cf. M. HEIDEGGER, Das Ding, en Vorträge und Aufsätze II, Pfullingen 31967, pp. 38-46. 46. Cf. M. HEIDEGGER, Die Sprache, en Unterwegs zur Sprache, Pfullingen 4 1971, p. 22. 47. Cf. M. H eidegger , Das Ding, p. 46. 48. M. H eidegger , Das Ding, p. 52.

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